
Las catafractas rojas aprovecharon en ingresar a la ciudad de los persas grises en el momento en que unos aldeanos hacían un esfuerzo por salvar su vida entrando en su ciudad. La puerta quedó abierta y las catafractas del General Manuel Comneno ingresaron en ese preciso momento. Ahora la ciudad no tiene las construcciones defensivas suficientes para detenerlos y cualquier intento de levantar defensas podría ser detenido por la acción, desde las aguas, de los buques bombarderos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario