
Y como sucede frecuentemente con el rival débil, se retiró. Los godos rojos encontraron poca resistencia de parte de Rey Eurico el Visigodo, tanto de sus fuerzas militares como de sus construcciones defensivas. Sin embargo se encontraron con un nuevo rival el cual, al no encontrar con quién más pelear, se enfrentó a los godos rojos conquistadores. Los lanzapiedras destruyen lo último que queda.
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