
¡Funcionó como se esperaba! Sólo restan la infraestructura defensiva y económica, como también los aldeanos. El centro urbano ya ha caído víctima de los bombardeos con lanzapiedras. En el otro lado, los arietes cubiertos embisten contra las paredes de un castillo y una torre de vigilancia. Ambos contingentes se van cerrando, hacia un punto en común, como si formaran los lados de un triángulo que van a unirse en el vértice superior.
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