
Muchos de ellos son galeones simples y sólo unos cuantos son galeones artillados de elite. Su incursión en el río no es sólo para el reconocimiento; sino también para despejar la ciudad de Bayaceto, el turco azul. Ya no le resta mucho tiempo de vida y únicamente pocos edificios y, de seguro, pocos aldeanos. La mayor parte de su tierra ha sido explorada y no se ha encontrado mucho que al turco le pudiese servir aún.
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