
Con un jabalí de impasible espectador y los lanzapiedras atacan a todo lo que se halle a 360 grados de ellos, un grupo de aldeanos grises han sido victimados por obra de hachas y flechas. Son los últimos instantes de Luís XI en esta contienda. Casi la mitad de la ciudad ha sido destruida. No quedan más que unos cuantos de los edificios económicos.