
Aunque el onagro de asedio enemigo fue efectivo, pudo ser destruido luego de causar un buen número de bajas. En la imagen se ve la aparición de un paladín naranja que pertenece a Etelfredo. Un aldeano suyo logra reconstruir la puerta que había sido derruida. Más atrás, en la retaguardia, esperan más celtas vedes junto a sus armas de asedio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario