
Una expedición, enviada con el fin de reforzar a los combatientes que sobrevivieron a la toma de la ciudad del Rey Walia, tuvo que retroceder a medio camino e intervenir en la defensa de la ciudad pues el enemigo llevaba, posiblemente en un último esfuerzo, las últimas armas de asedio que pudo crear. Solamente los pudieron alcanzar, prácticamente, en la entrada misma de la ciudad. De vuelta a casa, realmente.
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