
Resulta difícil de creerlo. Carlomagno, el más famoso de los francos, no ha desarrollado su ciudad a la par que los demás. Una expedición de Pipino el Breve, seguida visualmente, revela lo poco que aquél ha evolucionado. Tan sólo torres, un centro urbano y ningún castillo. Es un objetivo fácil y valioso considerando que hay minas de oro y canteras de piedra en estado virgen.
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