
Sobre el pasto yacen los restos de la exigua caballería de Carlos el Atrevido. Cayeron tres de los nuestros. Ahora, el resto de paladines, se alista para irrumpir en el centro de la ciudad; al mismo tiempo que las armas de asedio bombardean el centro urbano para que los aldeanos no se guarezcan allí. Van a arremeter con todo lo que hallen a su paso.
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