
No solamente ellos, sino también lanzapiedras para abrirse paso. Los paladines entran como tropel. No fue necesario practicar una abertura en las murallas. Se pudo entrar al feudo gracias a los huecos que dejan los leñadores en sus linderos después de talar árboles. El bosque queda como un mudo testigo de las ventajas que da el enemigo.
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