
Con el último aldeano muerto por una flecha, los centros urbanos destruidos, la aparición de arietes y las aberturas en las murallas para facilitar el futuro tránsito libre, Carlos Martel pierde. La presente victoria no significa el acceso a poseer reliquias, ni tampoco minas de oro u otros recursos. Aunque sí, más allá hacia un rincón se hallan yacimientos auríferos abandonados sabe Dios por quién, si por Rey Felipe I o Carlos Martel. ¿En algún momento habrán peleado por ellos?
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