lunes, 19 de noviembre de 2012

Aparecen los defensores


Era de esperarse. Guyuk Khan no se declarará derrotado fácilmente. Para evitar la victoria de los mongoles rojos, envía caballería ligera y piqueros, que pueden representar una seria amenaza para la caballería, en especial para los mangudais.

domingo, 18 de noviembre de 2012

A las armas otra vez


Unos lanzapiedras ya están armados; otros en camino de estarlo. El plan de ataque ya ha sido elaborado y creemos conveniente atacar desde la conquistada y despoblada tierra de Kitboga. Aprovecharemos sus murallas para evitar que las armas de asedio queden como blancos fáciles de Guyuk Khan. Luego se procederá de otra manera.

sábado, 17 de noviembre de 2012

Otra masacre de aldeanos


Estos aldeanos habían quedado varados luego de deforestar un bosque en las antiguas tierras de Kublai Khan. Tras realizar sus labores de leñadores, no se redirigieron a otro sector del mapa para continuar trabajando. Los mangudais y el onagro de asedio se encargan de eliminarlos y así diezmar la fuerza de trabajo de Guyuk Khan.

viernes, 16 de noviembre de 2012

Un aliado ocioso


Uzbeg, mi aliado, tiene las fuerzas militares suficientes para acompañarme en el combate; sin embargo, no lo hace. Ya lo había venido notando hace buen rato, ya que únicamente enviaba unos pocos guerreros apoyados con unas pocas armas de asedio y nada más; luego tuvo una expedición fallida y nunca más volvió a combatir. Parece como si Uzbeg, en realidad, estuviera esperando que lo ataquen. Definitivamente no está aportando mucho.

jueves, 15 de noviembre de 2012

El enemigo queda al descubierto


En la imagen el centro urbano principal de Guyuk Khan, el último mongol que se opone a nuestra victoria. El pago por los espías costó alrededor de ocho mil monedas de oro. Las arcas no se vieron seriamente afectadas; de todos modos la inversión vale la pena porque nos permite localizar al enemigo, conocer cuántos son y así elaborar un plan a seguir para derrotarlo.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Los monjes y su escolta


Los dos monjes que portan las reliquias estuvieron en la retaguardia del ejército vencedor de Kitboga, a un tiempo curando a los heridos. Con estas dos últimas reliquias se completan las cinco del mapa en nuestro poder. La producción de oro será abundante y beneficiosa de cara al tramo final de la partida. Si hubieran caído en manos de Guyuk Khan la situación sería muy dificultosa.

martes, 13 de noviembre de 2012

Las reliquias encontradas


La derrota de Kitboga trae consigo la liberación de las reliquias que éste guardaba en uno de sus monasterios. Son dos, y son las últimas que estaban en disputa. Lo último que hacen los guerreros de los mongoles rojos es destruir lo que ha quedado; como también resguardar las reliquias hasta la llegada de dos monjes que puedan transportarlas hacia la ciudad.

lunes, 12 de noviembre de 2012

Kitboga dice adiós


Los magudais de la imagen se retiraban hacia otra zona del mapa, cuando Kitboga daba a conocer su rendición. Ahora sólo resta su aliado, Guyuk Khan, el líder de los mongoles amarillos, para vencerlo y así conseguir la victoria final.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Masacre de aldeanos


Con el centro urbano reducido a escombros, y los restos de los aldeanos aniquilados, uno tras otro, Kitboga está herido de muerte. Ya no tenía ejército; ahora ya no tiene aldeanos.

sábado, 10 de noviembre de 2012

Otro centro urbano


El centro urbano, que fue destruido poco tiempo atrás, no era el único de Kitboga. Queda este último, igualmente desprotegido, que ahora sufre la ira de los arietes destructores.

viernes, 9 de noviembre de 2012

Aldeanos que perecen


Ahora corresponde a los mangudais entrar en acción. Disparan flechas contra los aldeanos, que ya no tienen dónde refugiarse ni tampoco atinan a huir, como tampoco a rendirse de una buena vez. Es cruel, pero no hay otro método posible para alcanzar la victoria.

jueves, 8 de noviembre de 2012

Arietes al ataque contra el centro urbano


No hay nada ni nadie que detenga el avance de los mongoles rojos sobre la ciudad de Kitboga, quien se halla en una situación tan paupérrima que no aparece quién se oponga a nuestra invasión. Los arietes van a la carga contra el centro urbano. Los aldeanos quedarán como mudos testigos de la destrucción.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

La lluvia de fuego


La ciudad de Kitboga es sometida al bombardeo; los lanzapiedras cumplen con esta tarea. La caballería pesada sólo aguarda junto a tan terribles armas de asedio; espera en caso que aparecieran los defensores de la ciudad. Al destruir las casas se afecta al límite poblacional, reduciéndose, cada vez más y más, la capacidad de la que puede hacer uso Kitboga para defenderse en cuanto al número de unidades militares que pudiera crear.

martes, 6 de noviembre de 2012

La destrucción de la muralla


Tres aldeanos caídos y la muralla hecha añicos. La caballería pesada aguarda en otro extremo del mapa, una zona a la que acceder no significó destruir la muralla sino, simplemente, acceder al interior de la ciudad a través de una zona deforestada, que dejaba desprotegidos a los mongoles de Kitboga. Junto a los caballeros están los lanzapiedras listos para hacer llover fuego sobre la ciudad.

lunes, 5 de noviembre de 2012

Ofensiva contra Kitboga


¡Llegó la hora! Luego de tanto esperarlos en nuestro territorio, habiéndolos sometido a una guerra de desgaste, la cual permitió, exitosamente, mermar la capacidad ofensiva del enemigo. Ahora volvemos a un método recurrente: los arietes destruirán las puertas y murallas. Los mangudais esperarán en la retaguardia a cualquier aldeano que se atreva a reedificar la muralla.
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