Reliquia capturada

Una breve expedición para la captura de la reliquia permite tenerla en el monasterio. Partió un barco transporte desde el puerto llevando dos monjes y el resto lo compusieron paladines. Para evitar que cayeran víctimas de una torre, la expedición navegó de cabotaje hasta la puerta que cubre el vado de Brude. Luego cruzó sin mayores problemas hacia la costa de la reliquia, el monje hizo lo suyo y desembarcó, de regreso, en la costa de Brude. Llegó al monasterio recurriendo un largo pero seguro camino.

¡Una reliquia libre!

Inusitado. Inesperado. Es usual que todos los participantes se hagan con una reliquia en el tiempo más breve posible; o bien que luchen por conseguirlas. Como se sabe, producen oro y cuanto más de ellas se poseen es mejor. Extrañamente, la reliquia de la imagen está cerca del territorio amurallado de Columba y ellos no la capturaron.

En el frente oeste

En la ciudad de Brude, el aliado, frente al parapeto reconstruido, hubo toda serie de unidades de Columba para contrarrestar una eventual expedición de los celtas verdes antes que cayeran. Onagros de asedio, de ambos lados, se atacan entre sí. Es la forma más práctica de enfrentarlos. Son armas letales e impredecibles. Como hacen efecto al área pueden herir o matar a unidades amigas. Hubo aldeanos de Brude que se alejaron cuando empezó el intercambio de fuego. Ellos tenían un molino que aún no había sido destruido y buscaban llegar a él para trabajar recolectando pescado.

Pequeños atrevimientos

En el proceso de limpiar el terreno enemigo, los paladines victimaron a unos cuantos leñadores que encontraron en su camino; de paso que destruyeron el campamento maderero. No sólo sucedió eso. El mismo grupo atacó a una expedición de Columba dirigida hacia la ciudad de Maelgwn (amarillo).

Cuneda se retira

El plan dio sus frutos. Lo último que hicieron los lanzapiedras fue dar en el blanco de unos edificios residuales. Ya no queda nada más que eliminar unas torres de homenaje y abrir brechas en las murallas para que el tránsito sea libre, si hay necesidad de aprovechar los recursos del territorio y los aldeanos no sean heridos.

Destruyendo casas

Ya no hay gente que defienda el nombre de Cuneda. Lo único que queda es borrar del mapa sus edificios para que no sean soporte de población, como las casas; ya no produzcan tropa, como los cuarteles y las torres de homenaje y castillos que son lo último que defienden.

Ocupando territorio

Ahora se pisa el terreno que un principio había sido atacado. Varios aldeanos victimados. Los paladines, algo bravíos, se iban por su cuenta y caían muertos por la acción de las torres y castillos.

Cae el centro urbano

Los lanzapiedras apuntaron al centro urbano y ahora es sólo un recuerdo. Algunos aldeanos, hacen un intento suicida de reconstruir algunos edificios. En el intento se aproximan a la zona donde el grueso de la expedición se mantiene. Los campos de cultivo empiezan a ser abandonados. Sus agricultores huyen.

Entrada libre

Los lanzapiedras han derribado la puerta de entrada a la ciudad de Cuneda. Se asegura, de esta manera, el ingreso de más refuerzos. Los que han sobrevivido se repliegan a cuidar las armas de asedio, mientras esperan refuerzos sanos que tengan un mejor desempeño.

Choque de caballería

Un lanzapiedras defensor que hostigaba fue destruido por los paladines verdes. Los más adelantados chocan con húsares. El grueso de la caballería espera un poco. Esperan a los guerreros de Cuneda.

Internándose en territorio enemigo

Los valientes celtas verdes se van aproximando al centro urbano principal de Cuneda, allí donde están los campos de cultivo. Salen en defensa de éste unos pocos. Han caído algunos edificios.

Cuneda atacado por sorpresa

Una vez librada la costa de torres de homenaje, se procede al desembarco e invasión para adentrarse en territorio enemigo. Masivamente bajan del transporte paladines, alabarderos y lanzapiedras. Éstos se encargarán de destruir las edificaciones, mientras que la tropa va al combate cuerpo a cuerpo.

Todo listo

Los lanzapiedras fueron desmontados y metidos en los barcos transportes, junto a otros creados para la expedición. Además se incorporaron paladines y los alabarderos, necesarios para responder a la defensa de la caballería enemiga. Brude, por su parte, no ata ni desata. Sólo envía húsares para el reconocimiento de terreno enemigo.

Fuego sobre la torre

Una torre de homenaje. Otro obstáculo a superar antes de cruzar el río. Unas pescadoras de Cuneda hacen sus labores, despreocupadas, como si nada fuera a suceder.

En el otro frente

Aprovechando que el vado amurallado me protege, cuatro lanzapiedras atacan un establo en la orilla de Cuneda. Se está preparando una invasión. Ya se ha derribado una torre de homenaje. Una avanzada de Brude se alista ingresar. Había que darles apoyo. Al parecer hay una reliquia en juego.