martes, 15 de diciembre de 2009

El último centro urbano


La expedición de Brude cae sobre el centro urbano principal de Etelfredo. Sus onagros de asedio lanzan —indiscriminadamente— bolas de fuego sobre el edificio. Al mismo tiempo que un ariete suyo embiste contra el mismo. Las tropas aliadas se confunden en este último momento. Lo que parecía andar a mi ritmo termina yendo al paso del reloj de Brude. Al ver que le pusieron la mira al centro urbano, decidimos apurar el ataque. Con su apoyo será más fácil.

jueves, 10 de diciembre de 2009

Aldeanos ultimados


Los alabarderos salen de sus arietes de asedio y victiman a los aldeanos que defendieron valerosamente el castillo. Brude ha enviado más guerreros que van directamente al centro urbano. En verdad, ya no queda mucho del enemigo. Todo se encamina hacia la victoria.

lunes, 7 de diciembre de 2009

Arietes contra el castillo


Es uno de los últimos castillos que van quedando. Los aldeanos corren a introducirse en la fortificación para disparar flechas. Una expedición limpió todo el norte del mapa acabando con todos los edificios económicos. Al paso de las tropas se vio bosques completamente aprovechadas para la tala. Dichas tropas van aguardando en el extremo norte para luego cerrarles el paso a los aldeanos cuando se sitúe el centro urbano principal. Otro contingente viene del oeste con el mismo fin. Las armas de asedio de la imagen llegaron en un barco transporte desembarcando en una costa abatida por los galeones artillados.

viernes, 4 de diciembre de 2009

Ambrosio es derrotado


Era el último ariete de Ambrosio. Era lo último que le quedaba con vida. Derrotarlo no significaba acabar con él en sus predios. Todo lo contrario, la victoria estaba en destruir dichas piezas de asedio abandonadas en territorio de Atelredo el Perezoso que nunca más volvieron a su tierra de origen; ni mucho menos intentaron un ataque a Brude. La cabeza de carnero, la punta del ariete, da ganas de llevársela como trofeo.

jueves, 3 de diciembre de 2009

Los últimos húsares de Etelfredo


Salen a batirse a muerte. Los paladines verdes son más y para ellos no representan una gran amenaza. Unos luchan rodeando sin escapatoria a los húsares, otros dos atacan el mercado. El establo enemigo arde. Los arietes ponen fuera de combate a las torres de vigilancia. Brude sigue enviando expediciones tratando de poner su cuota de ayuda.

martes, 1 de diciembre de 2009

Incendiando otro mercado


Hay que cortar el flujo de recursos hacia Etelfredo que pudiese suceder cuando Ambrosio se retire de la contienda. Para eso el mercado es el objetivo de estos paladines. Los arietes de asedio se encargan de destruir las torres de vigilancia y castillos antes del ataque final.

lunes, 30 de noviembre de 2009

Una nueva expedición


Veinte alabarderos, tres arietes y una veintena de paladines han cruzado el vado. Están listos para irrumpir contra la gente de Etelfredo. La obra de destrucción empieza por lo periférico y luego poco a poco cierran el cerco sobre el centro urbano. Además, ya está localizado lo poco que queda de Ambrosio. Un grupo de invasores de pasto esperan su turno guarecidos en el castillo.

sábado, 28 de noviembre de 2009

Desde las aguas del río


La flota de los celtas verdes enfila sus cañones hacia la infraestructura costera. Es el afán de por atacar a Etelfredo de todos los modos posibles, hasta que no resista el hostigamiento y sea derrotado. Si un aldeano intenta levantar un nuevo edificio de reemplazo, también es blanco de ataque.

viernes, 27 de noviembre de 2009

Pago por espías


El enemigo al descubierto. Ahora se conocen todos sus movimientos, la posición de sus edificios, la ubicación de la reliquia capturada hábilmente y el lugar de su gente. Un dato: Brude ha comenzado a tomar partido de la lucha. Envía sus guerreros y maquinarias de asedio contra Etelfredo.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Nueva contraofensiva de Etelfredo


De pronto se perdió toda la tropa que resguardaba la reliquia. A veces sucede que una unidad de caballería, obviamente del enemigo, se acerca a un conjunto de soldados y los hace moverse de un lugar a otro (a veces hacia el territorio hostil, a veces alejándolo de él). O bien van destruyendo edificios económicos y así van avanzando, hasta que se internaron en una región difícil, llena de torres y, de paso, se encontraron con todo el ejército de Etelfredo, que salió a batirse a muerte. Sólo así se explica el extraño descenso poblacional. Y en ese instante se llevaron la reliquia con facilidad. En la imagen, los pocos que quedaron repelen el ataque de Etelfredo que destruyó a los arietes y alabarderos anteriores.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Ambrosio camina hacia la derrota


Los residuos que se ven allí son lo que fueron un castillo y un centro urbano. Para éste último se aplicó una técnica que minimizó los daños a los arietes de asedio; la cual consiste en colocarlos entre dos edificios aledaños, separados por un pequeño espacio. Ellos son especialistas en dicho procedimiento. Ahora los alabarderos se retiran de los arietes y luchan contra los son —al parecer— los últimos aldeanos de Ambrosio.

sábado, 21 de noviembre de 2009

Es turno del castillo


La reliquia sigue allí, en espera de los monjes de los celtas verdes. Está rodeada y protegida por unidades militares y maquinaria de asedio. Mientras tanto, se continúa, empecinadamente, en acabar con Ambrosio. Se espera ese momento en que sea su derrota final.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Arietes de asedio en acción


Atacando el centro urbano. El objetivo es seguir destruyendo y borrar a Ambrosio del mapa. Hay un grupo rezagado por si ocurre alguna contraofensiva, al mismo tiempo que destruyen lo que encuentran a su paso.

martes, 17 de noviembre de 2009

Atacando al mercado


Nueva camada de paladines se lanza al ataque. Al parecer Ambrosio ya anda de capa caída y no va dar una respuesta enérgica para contrarrestar a los celtas verdes. Han reconstruido el mercado. Una carreta de Etelfredo está como desorientada, aún no reanuda su tránsito comercial. Ambrosio ha perdido su reliquia, que yace libre para quien quiera rescatarla. Lastimosamente hay torres cercanas que podrían herir a un monje o un grupo de ellos.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Preparando nueva expedición


Los nuevos alabarderos sobran. La mejor forma de utilizarlos es incluirlos en el interior de un ariete. Aumentan su velocidad de desplazamiento de éstos y mejora aún más su fuerza de ataque. Con ello se logrará derribar murallas y otros edificios. Y cuando un aldeano quiera reconstruir, o un guerrero salga en defensa, sólo bastará que los alabarderos salgan del ariete y respondan como debe ser. Ellos fueron introducidos en un barco transporte.
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