sábado, 3 de julio de 2010

Bombardeo a objetivos costeros


Esto es sólo una muestra de todo lo restante. Bombardear objetivos costeros y destruirlos antes de ingresar a la ciudad. En algunos momentos aparecen solitarias unidades militares que no logran hacernos mucho daño. Un buque explorador de mi aliado aparece cerca de las costas. En la imagen un taller de maquinarias de asedio persa arde en llamas; a su lado, los residuos de un molino destruido.

viernes, 2 de julio de 2010

Sha Rukh pierde sus dos reliquias


No se encontró una flota que defienda sus aguas. La última que tuvieron debe haber zozobrado en combate o fue víctima de las torres costeras defensoras. Tampoco sé si participaron en combates acompañando a la flota del Emperador Kavadh en la batalla por el vado. Al inicio de los combates tuvieron una flota significativa que detuvo el paso de mi flota de exploración. Ahora no se ha encontrado un solo barco; pero sí una tierra completamente desprotegida. Únicamente castillos que se pueden destruir con bombardeos.

jueves, 1 de julio de 2010

La flota parte hacia su nuevo objetivo


Quizá se pueda obviar de los galeones, que lanzan esas flechas ardientes que a la vista se parecen a cerillos de fósforo; y que lo mejor para defender a los galeones artillados de elite son los brulotes rápidos, pues entre ellos pueden combatir entre sí; y el brulote está hecho para detener a los galeones, así los pone fuera de combate rápidamente. A esto se le puede sumar el apoyo de los galeones artillados de elite, lanzando sus mortíferos proyectiles, a los brulotes enemigos, si es necesario, aparte de realizar su labor de bombardeo a objetivos fijos.

sábado, 12 de junio de 2010

El emplazamiento de más reliquias


Gracias a los viajes de exploración del General Manuel Comneno se ha podido localizar, gracias a su flota roja, la ubicación de otras reliquias. La suerte está de nuestra parte, ya que el monasterio se ubica a orillas del mar y es muy accesible. Además, al parecer, ya no hay una gran flota de los persas grises del Sha Rukh. Sólo es cuestión de armar una buena flota, dotada de todo lo necesario, y atreverse a birlarle esos preciosos objetos, codicia de muchos, que producen oro guarecidas en los monasterios. Se trataría de un duro golpe antes de iniciar la ofensiva contra el último de los persas en liza.

viernes, 11 de junio de 2010

Mis bizantinos con dos reliquias


Sin los valerosos guerreros que participaron en la lucha, ya sea sobreviviendo o no, no se hubiese podido conseguir las reliquias. Las catafractas de la imagen fueron la escolta del monje en su viaje de regreso hasta el monasterio. Todo está yendo bien. Las incursiones enemigas de reconocimiento no aportan gran peligro para los nuestros, que se dedican a los trabajos del campo. Unos últimos guerreros nuestros quedaron en la ex ciudad del Emperador Kavadh encargados de la tarea de eliminar las últimas construcciones.

jueves, 10 de junio de 2010

Emperador Kavadh eliminado


Las catafractas barrieron lo que quedaba, eliminaron aldeanos y edificios. Ahora sus caballos están ubicados sobre pasto en el que no volverá a crecer la hierba. Aún restan explorar ciertas zonas del mapa, pero ya creo que será una cuestión más fácil: quizás encontrar uno que otro sobreviviente incapaz de plantar la lucha. ¡Ah! Un detalle. De acuerdo con los viajes de exploración de los bizantinos rojos, mis aliados, hay una reliquia disponible tras el derrumbe del monasterio. No se puede dejar pasar la oportunidad. En manos de otro rival puede resultar lamentable. Puede dotarlo de oro y hacerlo resistente a nuestros ataques.

miércoles, 9 de junio de 2010

Arietes destruidos


No pasó a mayores. Mientras el grueso del ejército se encargaba de eliminar edificios y aldeanos, los cuatro arietes de asedio quedaron desprotegidos y con ello el húsar y un camello, dirigidos por Sha Rukh se encargaron de destruir dos de ellos. Sin embargo, para mala suerte suya, de cada arma de asedio salieron seis alabarderos que los ultimaron antes que siga perjudicándonos. Esto quiere decir que al Emperador Kavadh ya no le queda más de qué disponer para su propia subsistencia.

martes, 8 de junio de 2010

Tierra adentro


Los lanzapiedras avanzan, alejándose un poco más de la costa, yendo hacia el centro del área geográfica de la tierra del Emperador Kavadh, encontramos un par más de castillos; además, otros edificios militares que producían las unidades que esporádicamente salían a defender en un acto quijotesco, solitarios contra un ejército dotado para la conquista. Comentando sobre otra parte del mapa, el General Manuel Comneno intenta ingresar en la ciudad de Sha Rukh, el otro de los persas. Anteriormente, la magna flota bizantina roja, había combatido con la persa concluyendo en un fracaso.

lunes, 7 de junio de 2010

Arietes a la carga


Cuatro arietes de asedio se dirigen hacia la estructura del castillo, el cual se defiende con flechas desde sus almenas. El labrador continúa su labor muy a pesar que su centro urbano principal haya sido destruido. El resto de aldeanos no atinan a responder con una acción digna de escribir “lucharon hasta el final” o “murieron de pie”. La retaguardia bizantina se encarga de los edificios restantes que volvieron a levantar los constructores.

domingo, 6 de junio de 2010

Ataque al centro urbano persa


Es el único que se ha podido ubicar en toda la tierra del Emperador Kavadh. Previamente a nuestra incursión, esta ciudad ya ha sido explorada y reconocida por mi aliado, ya que es la única manera de entenderlo. Un aldeano trabaja la tierra mientras otros quedan inmóviles. La caballería bizantina aguarda la caída del centro urbano y del castillo, que aparece en vista, para luego arremeter contra los restos de la población.

sábado, 5 de junio de 2010

El ingreso a la ciudad


Varios lanzapiedras estuvieron disparando contra objetivos enemigos para eliminar la resistencia del Emperador Kavadh. Se aprovechó la distancia y la separación que genera la propia geografía con el río de por medio. Los persas verdes no tuvieron oportunidad de defenderse más allá de un onagro y una que otra unidad de caballería o infantería. Ahora los arietes de asedio, que llevan alabarderos, intentan destruir las puertas para facilitar el ingreso a la ciudad. Las catafractas se disponen a arrasar a su paso. Previamente a esto los galeones artillados de elite eliminaron varios edificios colocados cerca de la costa y, también, los ubicados un poco más al interior dentro del rango y dominio de ataque.

viernes, 4 de junio de 2010

Transporte hundido


Trozos de madera y la vela principal de un barco transporte del Emperador Kavadh se hunden en las aguas. Nuestros brulotes participaron en la acción. Se reforzará el ejército para intentar el ingreso y la posterior toma de la ciudad. Un dato que se me escapaba: hay una ruta comercial marítima establecida entre un muelle del General Manuel Comneno y el mío. Son cuatro urcas mercantes las que realizan el recorrido. Por cierto, los enemigos están muy lejos de dichas aguas así que no corren peligro.

jueves, 3 de junio de 2010

Bayaceto se retira de la contienda


Se va un gran rival. Resistió encarnizados embates de sarracenos, como de persas y bizantinos principalmente. Defendió con todo y contra todo. Incluso era líder en las estadísticas de esta partida y su puntaje es muy elevado para ser superado. Tuvo recursos a su disposición y coraje, pero finalmente terminó cediendo, pues el bombardeo desde el mar aniquiló sus últimos esfuerzos por esquivar la derrota. Los escombros que se ve en la imagen pertenecen a lo que fueron un par de torres.

miércoles, 2 de junio de 2010

Los últimos edificios


Ya ha sido derribado un castillo costero que defendía el extremo noreste. Ahora la mira está puesta en los últimos edificios que resistieron al asedio y embestida por tierra por parte de todos los rivales de Bayaceto. En esta oportunidad acompañan un par de galeones artillados de elite aguamarina; así apoyo a mi aliado, el General Manuel Comneno. No se ven muchos aldeanos sobrevivientes.

martes, 1 de junio de 2010

La flota roja ingresa en el río


Muchos de ellos son galeones simples y sólo unos cuantos son galeones artillados de elite. Su incursión en el río no es sólo para el reconocimiento; sino también para despejar la ciudad de Bayaceto, el turco azul. Ya no le resta mucho tiempo de vida y únicamente pocos edificios y, de seguro, pocos aldeanos. La mayor parte de su tierra ha sido explorada y no se ha encontrado mucho que al turco le pudiese servir aún.
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