jueves, 29 de julio de 2010

Bizancio. Balance Final

Lo más impactante de la partida fue el inicio. No había siquiera levantado edificios importantes para defenderme de los enemigos, cuando de la nada, General Manuel Comneno, mi aliado, comenzó a enviar una serie masiva de tributos. Me alarmé. En otras partidas, en un periodo anterior a la existencia del blog, en mapas que hubo considerables extensiones de agua, sucedía que los participantes se iban retirando ya que no podían desarrollarse como corresponde, por falta de espacio. Mi preocupación fue la posibilidad de enfrentar prematuramente a los rivales restantes para lo cual no me hallaba preparado.

Sin embargo, General Manuel Comneno continuó presente en la batalla y no sólo eso. Aprovechó el terreno para expandirse ampliamente, construyó murallas y castillos, explotó recursos en las proximidades, y cuando éstos se consumieron se aventuró paulatinamente hacia otros territorios para servirse de lo que los anteriores oponentes hubieron dejado.

Quizás lo anterior se puede ver graficado en las dos primeras, capitulaciones. Primero el turco Kai Kobad e inmediatamente después Saladino, acaso el más famoso de los sarracenos, el hombre que históricamente recuperó territorios en posesiones de los cruzados en Tierra Santa. Ésta deserción me desilusionó un poco ya que esperaba más de él, por su nombre y por la historia; pero en el juego fue otra cosa.

Las dos eliminaciones no tuvieron que ver exclusivamente a encontrarse en un área difícil para expandirse y aprovechar los recursos. Kai Kobad, uno de los dos turcos de la partida, cedió la victoria ante los persas. Muy cerca de ellos y separado tan solo por un vado, tuvo sobre sí las incursiones que acabaron por eliminarlo. Fue atacado con todo el empuje, empeño y capacidad que se tiene al inicio de la partida. A parte de ello, obviamente, su territorio era muy angosto. Ambos factores descritos determinaron la derrota de aquel turco. Posteriormente, Emperador Kavadh, el persa, aprovechó el territorio conquistado para expoliarlo; aunque no por mucho tiempo.

En cuanto a Saladino hay que decir que disputó con Kai Kobad, el último puesto de la clasificación final. Tan sólo un punto a favor del rey sarraceno fue la diferencia entre ambos. Que yo recuerde no hubo un ataque sostenido a Saladino por parte del bizantino General Manuel Comneno. Más allá de unas escaramuzas para defender el territorio, hacerse retroceder, pelear por un bosque o minas de oro, en la cual estuvo mi participación, con el envío de catafractas, no hubo algo más. Ni uno ni el otro progresaban mucho en sus afanes por vencer a su respectivo oponente. Probablemente la situación no se le manifestó favorable para Saladino y así perdió. No hay otra posible explicación ya que entre los persas y él, habitaba un aliado suyo, por medio del cual, sólo superándolo, podían alcanzar las tierras del afamado sultán.

Con dos enemigos fuera, un aliado aún en la lid y sintiendo la terrible amenaza de la artillería turca y los peligrosos elefantes de guerra persas, había que tomar acciones inmediatas antes que el peligro se materialice en devastadoras incursiones enemigas. Para contrarrestar el problema se necesitaba una acción inmediata: poner freno a la ofensiva persa y evitar que prosperen.

En dichos momentos tanto mi aliado como los dos persas y, esporádicamente, el sobreviviente sarraceno atacaban sin descanso a Bayaceto, el último turco en pie dando lucha. Éste podía resistir los embates enemigos, en un principio; posteriormente fue perdiendo capacidad de defensa y los enemigos ya podían, poco a poco por cierto, ingresar en su ciudad a pesar de que caían víctimas de los castillos o las torres de bombardeo. Sin embargo me pregunté ¿qué pasaría cuando el turco caiga derrotado y quién iba ser la próxima víctima? Pude haber sido yo.

Entre las tierras de Bayaceto y las dos ciudades persas había un territorio completamente deshabitado, tal como se pudo reconocer por medio de los exploradores. Era la tierra de Kai Kobad, de la que sólo quedaban murallas y puertas. Una vez enviada una expedición de catafractas y constructores, se comenzó levantando un castillo, erradicando los dos castillos del Emperador Kavadh y, posteriormente, a los leñadores enemigos. Así se ganó ese espacio de tierra que, a la postre, fue determinante. Se levantó las murallas, se cambiaron las puertas y se creó un muelle que trabajó como astillero en la creación de una flota que enfrentó a la persa de Emperador Kavadh y del Sha Rukh.

El combate fue difícil. Las naves de nuestra flota eran hundidas, pero ese astillero iba creando nuevas embarcaciones de guerra e iban al frente. Paso a paso fue minando el número de naves enemigas hasta que concluyó el combate con el bombardeo y destrucción de sus muelles y las edificaciones costeras. La resistencia persa para defenderse en las aguas fue aniquilada. A la par de ello se venía dando una importante situación en las tierras de Bayaceto. Muchos de sus aldeanos habían perecido; sus defensas, eliminadas. Tanto el ejército como la flota del General Manuel Comneno habían hecho su trabajo a la par. Fue un excelente aliado. Posteriormente, nuestra flota fue dirigida hacia las costas de Bayaceto sólo para ayudar en la destrucción torres defensoras turcas facilitando el ingreso en la ciudad al ejército de los bizantinos rojos.

Cuando restaron tres rivales: Emperador Kavadh, Sha Rukh y Califa Yazid, la labor que marcó el triunfo fue repetitiva. Primero: eliminar con armas de asedio o galeones artillados de elite las defensas costeras y segundo: ingresar a la ciudad a barrer con todo lo que se encuentre; sean aldeanos o sean edificios. De esa manera el ejército la tuvo más fácil que si se hubiese internado en las ciudades bajo las flechas de castillos y las balas de cañón de las torres de bombardeo. Una vez más, el empleo de la táctica militar: aprovechar ventajas nuestras y deficiencias ajenas.

miércoles, 28 de julio de 2010

Califa Yazid concede la victoria


El final de la contienda. Califa Yazid no pudo soportar más; pero la puso difícil con tantos castillos y torres. Las catafractas arrasaron la ciudad de principio a fin. Un verdadero vendaval. Tres monjes rojos intentan destruir un campamento minero mediante la conversión, pero ya no tendrán más tiempo. Era el último centro urbano; los últimos aldeanos con vida; el último respiro de los sarracenos. Al final el General Manuel Comneno aceleró el paso y pone el punto final a la contienda. Las catafractas aguamarina llegaron sólo para poder salir en la imagen, pero no se puede reprocharles el esfuerzo. En resumidas cuentas, unos y otros fueron valerosos y decisivos en la victoria.

martes, 27 de julio de 2010

Es turno del mercado


El centro urbano ha caído. Los aldeanos fueron victimados. Las granjas, unas devastadas; otra, como en la imagen, despide fuego. A diferencia de otras maneras usuales de tomar una ciudad, aquí no fue necesario el uso de lanzapiedras ni arietes. Bastó, únicamente, los bombardeos de mar a tierra. Ya no es necesario el mercado para extraer el botín, tampoco es útil para el Califa Yazid más que para comprar recursos, que no le servirán de mucho.

lunes, 26 de julio de 2010

Sobre un centro urbano


El General Manuel Comneno, el bizantino rojo, ha reforzado su presencia para derrotar al Califa Yazid. Algunos guerreros aguamarina van quedando diseminados por la ciudad, detenidos ante lo que han destruido. Si un aldeano hace el esfuerzo valeroso de levantar edificios, simplemente no lo podrá hacer. Funciona como una manera de retaguardia. Los aldeanos de la imagen son víctimas de la espada. Otros ya han perecido de igual modo.

domingo, 25 de julio de 2010

La destrucción de la ciudad sarracena


Y el polvo que genera el derrumbe de la universidad oscurece la visibilidad de la caballería. Ellos miran el edificio hecho escombros. En otras partes del mapa siguen los esfuerzos por destruir la ciudad. Nadie sale a defender. Los aldeanos sólo atinan a protegerse al interior de los centros urbanos pero éstos caen por el esfuerzo bélico de los bizantinos.

sábado, 24 de julio de 2010

La furiosa caballería


La universidad, la galería de tiro de arco y una casa en pleno incendio. Parece una competencia entre aliados por determinar quién destruye más o quién golpea más duro. Cada cual toma un edificio para destruirlo. Un grupo de bizantinos aguamarina conducen sus caballos a un monasterio. Al final de todo, cada cual hace su tarea coadyuvándonos a un fin común: la victoria.

viernes, 23 de julio de 2010

Las catafractas aguamarina han llegado


La ciudad está indefensa. Sólo restan unos cuantos aldeanos sarracenos indefensos. Algunos, aún tratan abrir surcos en el suelo para cultivar la tierra, en un intento desesperado por evitar ver a su ciudad rendida. El General Manuel Comneno y yo hemos aportado catafractas a la expedición; en la infantería él trae artilleros manuales, que usan arcabuces; los nuestros son alabarderos. En realidad éstos últimos no son lo más adecuado para la situación, simplemente no hay caballería enemiga.  No había de quiénes más echar mano para la expedición. 

jueves, 22 de julio de 2010

General Manuel Comneno vuelve a la carga


Los bizantinos rojos han ingresado a la ciudad anticipándose a nosotros. Una zona que fue cubierta por árboles ya talados fue descuidada sin ser cubierta con una la muralla. Ya no hay defensas que lo detengan. Los bizantinos aguamarina no se van a quedar atrás sin ser participantes en la conquista de la ciudad. Las catafractas se ponen en marcha.

miércoles, 21 de julio de 2010

En la costa oeste


Finalmente la flota pudo dar la vuelta y llega al extremo occidental. Fueron muchos los castillos que el Califa Yazid hubo construido. Éste es el último. Algunos saboteadores han sido eliminados con balas de cañón. Sólo les resta uno; pero también varios aldeanos. Hay incendio en un molino. Desde las ventanas del castillo se ve fuego en su interior. En las afueras de la ciudad del General Manuel Comneno aguardan los bizantinos nuestros listos para ingresar en la ciudad cuando sea el momento oportuno.

martes, 20 de julio de 2010

Bicentenario de Colombia


Siempre ando pendiente de las estadísticas de Planeta Age. He visto que son muchas las visitas que recibe desde la propia Colombia. Y en más de una oportunidad se detienen a ver, en tamaño real, las capturas de imagen de los distintos momentos de las partidas que son narradas. No siempre sucede así, pero sí ocurre en más de una ocasión.

Es por eso que hoy quise rendirle un  pequeño homenaje a la República de Colombia por el Bicentenario. Siempre a la manera del Age of Empires, aprovecho una de las posibilidades que ofrece el juego para poder hacerlo.

La bandera de la imagen fue una de las tantas que se usaron en el proceso independentista grancolombiano. Es poca conocida para otros, quienes saben más de la bandera actualmente en vigencia.

Y finalmente no me queda más que decir: “Colombia, el riesgo es que te quieras quedar” hoy más que nunca aunque ustedes, amigos colombianos, lo digan mejor que yo.

lunes, 19 de julio de 2010

Dos castillos y seis saboteadores


La flota va desplazándose poco a poco rumbo a la costa oeste. Tres balas de cañón cruzan el aire dejando una estela humeante. De las infraestructuras sólo restan las huellas en el pasto, alguna vez estuvieron allí. Ya no les va quedando mucho a los sarracenos amarillos con lo cual resistir el asalto final, salvo indefensos aldeanos.

jueves, 15 de julio de 2010

El extremo sur


Los aldeanos del Califa Yazid ya no tienen los recursos suficientes para reponer la infraestructura defensiva que los bombarderos han eliminado desde los cimientos. A veces intentan construir un edificio, militar o económico, pero son de inmediato atacados antes que la construcción sea culminada. En la imagen se aprecia una mujer al pie de los escombros de lo que iba ser un cuartel. Junto al castillo, la silueta amarilla de cuatro saboteadores. Sería óptimo eliminarlos para que no perjudiquen la invasión terrestre.

miércoles, 14 de julio de 2010

Respuesta del Califa Yazid


Un pequeño grupo de mamelucos de élite salen en defensa de su ciudad. Enfrentan a barcos de guerra lanzando cimitarras. Los galeones artillados de élite fueron las primeras víctimas pero retrocedieron para dar paso, en la vanguardia, a los brulotes rápidos que son más adecuados para rechazar a los guerreros sarracenos. Prueba de ello son los dos caídos en las orillas.

martes, 13 de julio de 2010

Prácticamente un monólogo


No hay otro término para relatar lo que está sucediendo. La flota nuestra persiste y no halla respuesta del Califa Yazid (amarillo). El General Manuel Comneno intentó, infructuosamente, invadir esta ciudad amarilla. Lo único que cosechó fue la muerte de sus catafractas a manos de las torres y castillos que aún no han sido destruidos. Ellos intentaron ingresar por el lado oeste; mientras que los buques bombarderos barren las defensas desde el este. Falta de calma y mucha precipitación de mi aliado.

lunes, 12 de julio de 2010

Reduciendo el espacio del enemigo


El cerco sobre el Califa Yazid, el último de los rivales y el último de los sarracenos, lo vamos haciendo cada vez mas reducido. Las catafractas han incursionado en los exteriores de la ciudad destruyendo los edificios empleados para la recolección de recursos. Incluso tienen más de éstos en las antiguas tierras de Saladino. El plan consiste en que las catafractas esperarán en las afueras de la ciudad; mientras que, en las costas y desde las aguas, los galeones artillados de elite harán estragos y reducirán las defensas enemigas.
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