Intervención nuestra

Un número significativo de mandobles y arqueros de plumas han intervenido en las tierras de Hocico Torcido. De esa manera, se ha frenado lo que iba a ser una expedición triunfadora, aniquilando a mi aliado y afectando nuestra posición en el juego. Los cadáveres quedan esparcidos por el suelo.

Rescate de las tres reliquias

La situación se volvió insostenible. Ahora temo por la desaparición de mi aliado, que lo borren del mapa y me vea yo sólo frente al resto de contrincantes de esta partida. Lo mejor que he podido hacer, frente a la gran expedición de Rey Cielo Tempestuoso, ha sido rescatar las reliquias de un destruido monasterio de los mayas verdes. Las tendré en mi poder por un tiempo, el suficiente para que genere oro y luego retornarán a mi aliado.

Invasión de arietes

Ha cesado la ofensiva contra mi aliado Hocico Torcido. Los mayas que dirijo ahora se van contra Jaguar Escudo II. La ciudad que éste gobierna está muy desarrollada. Tiene cualquier cantidad de torres y castillos. Para minimizar las pérdidas humanas, he creído conveniente enviar maquinaria de asedio. Son demasiadas, lo sé; pero detrás de ellas hay un contingente humano que espera un resultado favorable para conquistar la ciudad.

El enemigo penetra en la ciudad

Los mayas azules, comandados por Nenúfar-jaguar, han sobrepasado la muralla de Hocico Torcido, mi aliado. Dos lanzapiedras y un trío de arqueros de plumas son los que buscan nuevos objetivos de ataque. Pensé que Hocico Torcido iba a ser más capaz de defender su ciudad, pero no fue así.

Castillo destruido

Debido a la ofensiva que desplegaba sobre las tierras de Jaguar Escudo II, he descuidado el bienestar de mi aliado. En estos momentos está siendo atacado por Rey Cielo Tempestuoso. Su ofensiva ha destruido un castillo que protegía una de las esquinas. El otro castillo, que apenas aparece en la imagen, está sufriendo un incendio, pues también es atacado por los mayas aguamarina.

Hocico Torcido bajo asedio

Ya lo temía. Dejar despoblada la ciudad de Dios del Cielo de Piedra y no establecer una avanzadilla para frenar los ataques enemigos, ocasiona que Hocico Torcido, mi aliado, se vea hostigado por el enemigo. Los otros participantes de la partida se van a ensañar contra él porque ya no hay otro contra quién hacerlo. Las condiciones geográficas determinan que sea así. Los ríos desvían cualquier expedición hacia la tierra de los mayas verdes.

Espadachines de mandoble son atacados

Mis guerreros caen heridos por un ataque de un onagro sobre un suelo que antes estuvo tupido de arboles. Un pequeño grupo de mandobles se despliega hacia el sur para apoyar la incursión. Estamos creando onagros para contrarrestar a los onagros enemigos. De momento lo único que tenemos para atacar a éstos son los lanzapiedras o los propios soldados que deben retirarse de los arietes de asedio y destruir las maquinarias de asedio de Jaguar Escudo II.

Jaguar Escudo II responde

Las armas de asedio se abren camino, es cierto. Sin embargo, al mismo tiempo se van debilitando hasta que se destruyen, como se ve en la imagen: un ariete destruido y los que iban al interior salen al combate cerca a una torre y un castillo. Por otra parte, un onagro ataca lanzando bolas de fuego que hacen daño tanto a un ariete nuestro como a su propia torre.

Las armas de asedio abren el camino

De eso se trataba: que los soldados no perezcan de manera inútil sin siquiera entrar en combate y, más bien, las armas de asedio, más recias y más letales, hagan el trabajo de destruir la infraestructura defensiva del enemigo.

Campaña contra Jaguar Escudo II

Ahora corresponde cambiar de frente de ataque. El nuevo objetivo es Jaguar Escudo II, el líder de los mayas color naranja. Han desarrollado una gran ciudad en la otra ribera del río que nos separa. La estrategia sigue siendo la misma: enviar armas de asedio, suficientemente letales, para destruir los edificios que ponen en riesgo la vida de otras unidades militares.

Dios del Cielo de Piedra es derrotado

Fue rápido. Me parece que previamente a nuestra victoria sobre los mayas amarillos, ya habían sido debilitados por otros enemigos. Hay una buena veta de oro y de piedra aparte de árboles. Dos integrantes del mismo equipo ya han quedado fuera; es decir, ya no hay un equipo participante.

Infantería en acción

Arqueros de pluma ya han arrebatado la vida de varios aldeanos y guerreros que salieron a defender su tierra. En el camino se cruzan tres mayas rojos, guerreros de Caparazón de Humo, quienes parecen estar en misión de explorar el territorio ajeno.

Avance de las armas de asedio

Las armas de asedio se abren camino destruyen los edificios. La infantería ha quedado rezagada y espera a que la maquinaria se encargue de borrar del mapa los edificios que puedan atacarlos tales como castillos y torres. Arqueros de pluma de Dios del Cielo de Piedra tratan de repeler la ofensiva.

De vuelta a las armas

Son seis arietes los que tratan de derribar la puerta para ingresar en la ciudad de los mayas amarillos. Detrás de ellos aguardan todos los guerreros que se ha podido preparar para el asalto. No sé cuánto tomará esto, pero hay recursos para hacer frente a los costos de más oleadas de guerreros.

Rey Cielo Tempestuoso interviene

Nuestra primera expedición fracasó. Sin embargo, nuevas armas de asedio y nuevos guerreros se están preparando para emprender la campaña contra los mayas amarillos. Por su parte, los mayas aguamarina, al mando de Rey Cielo Tempestuoso, intentan asediar a los mayas amarillos desde el extremo oeste, aquél que le resulta más cercano. Un vistazo a las tierras de Ardilla Humeante revela que han barrido su ciudad. Tan solo queda el perímetro demarcado por sus murallas.