Hace poco concluí un curso necesario para mi carrera universitaria. Era sobre interpretación teatral. ¿Cómo se puede relacionar un curso universitario, un blog sobre videojuegos y una oscura historia sobre una obra literaria? Parte del curso que seguí consistía en la lectura de Macbeth de William Shakespeare y el visionado de una película basada en la mencionada obra, una adaptación llevada a cabo por la BBC.
Durante el desarrollo de la clase llegó un momento en el que el profesor habló de que alrededor de la pieza teatral Macbeth hay una serie de hechos extraños. Es una de las más importantes piezas teatrales de Shakespeare y sin embargo es la que menos se representa. Son muchos los actores que no desean tomar parte de la puesta en escena ya que se piensa que hacerlo acarrea un gran y rotundo fracaso. Para muestra, un ejemplo: el conocido Peter O’Toole, recordado por Lawrence de Arabia, no logró triunfar con la tragedia escocesa. El profesor dijo, además, que Macbeth suele no tener un gran éxito en sus representaciones teatrales y que, a lo largo del tiempo, han sucedido cosas extrañas en torno de esa obra teatral.
Fue en ese momento que las palabras del profesor me hicieron recordar un hecho funesto relacionado con Macbeth y Planeta Age. ¡Quería reírme! Lamentablemente lo tuve que hacer en voz baja y mantener luego una sonrisa intensa a causa de una más de las ironías de la vida.
Quienes siguen este blog, o bien los que echen un vistazo a su desarrollo histórico verán que hay una partida relatada —la tercera cronológicamente— llamada Clanes Celtas. Dicha partida es la tercera de tres intentos realizados. En el primer intento quien les habla conformaba equipo junto a Macbeth. A diferencia de otras performances de los aliados en el juego, Macbeth se caracterizó por ser muy agresivo y así consiguió sacar del juego a tres de los rivales. Yo recuerdo que eliminé de la partida a dos y uno cayó por ser víctima de algún otro jugador del sistema. Con eso se culminaba la partida. Macbeth y yo habíamos prevalecido sobre los rivales. Además, él fue quien concluyó la partida venciendo al último rival.
Los que conocen de Age of Empires II: The Conquerors Expansion saben que los aliados suelen ser útiles pero limitadamente ya que nunca se igualan a la capacidad y talento de cualquier jugador humano. Sin embargo, Macbeth era diferente. Tomó la dirección de nuestro grupo y lideró a sus tropas hacia la victoria, algo que no todos los aliados suelen hacer. Yo quedaba admirado pues parecía un jugador humano y no del sistema.
Cuando la partida había concluido y ya tenía el material gráfico listo recordé mis viejas lecciones escolares sobre los arquetipos del teatro de Shakespeare. La figura de Macbeth correspondía al de la ambición. Él en la pieza teatral es un general del rey de Escocia a quien unas brujas le pronostican que será rey. A partir de ese momento, e instigado por su esposa, planea la muerte del rey y sucederle en el reino con un consecuente proceso de autodestrucción derivado de su propia ambición.
En mi imaginación ya preparaba lo que iba a escribir. Me parecía genial hacer el paralelo entre el Macbeth literario y el Macbeth de la partida jugada. Ambicioso aquí, ambicioso allá. ¡Nunca antes había tenido un aliado tan destacado! Hasta ese momento —agosto de 2009— sólo sabía que Macbeth representaba el arquetipo shakesperiano de la ambición y no sabía nada sobre su relación con las fuerzas demoniacas. Hay quienes creen que la maldición de Macbeth está dada por la incorporación en el texto de la obra de palabras que forman parte de los rituales de magia negra capaces de dar mala suerte.
Vayamos a mi caso. Usaba, en ese entonces, una PC compartida con un familiar, quien tenía su sesión de usuario. Yo quise crear una nueva sesión exclusiva para mí. El primer paso que debía ejecutar era crear ese usuario (con mi propio nombre) y así lo hice. El segundo paso hubiera sido copiar todos mis archivos en el nuevo usuario ya creado. Algo extraño sucedió, creo que fue una distracción, y olvidé copiar los archivos o la consideré una tarea hecha. Entonces, a continuación, borré mi antigua sesión de usuario con todos mis archivos entre los cuales se incluye la partida en la que Macbeth fue mi aliado y participó de un modo excepcional.
He allí donde se manifiesta el fracaso y la relación con la maldición de Macbeth y este blog. Me sentí muy mal por la burrada que había cometido. Algunos de los archivos los pude recuperar, ya que tenía un backup de ciertas cosas, mas no así con la partida de Macbeth. Intenté, posteriormente, organizar partidas bajo los mismos criterios: cuatro equipos y en base a personajes celtas. Nunca pude volver a tener a Macbeth como aliado, pues siempre aparecía en otros equipos o bien no aparecía en ninguno.
Al final me di por vencido en mi pretensión por tener nuevamente a Macbeth de aliado. Decidí jugar la partida con los personajes que el sistema propusiera. Volví a tener un nuevo problema: había configurado la partida con un mapa de tamaño para ocho participantes y no en el tamaño gigantesco que es el formato que manejo para estas partidas. Todo el esfuerzo, el sufrimiento y las capturas de pantalla no servían. El trabajo volvía a cero. Finalmente, en un tercer y último intento pude configurar adecuadamente la partida y obtener las capturas de pantalla necesarias para Clanes Celtas y eso es lo que en este blog se conoce bajo dicho nombre.
Como conclusión dejó aquí mi testimonio de haber sufrido la maldición de Macbeth Ésas fueron las razones que me llevaron a reír disimuladamente en aquella clase y ahora me resulta algo intrigante y misterioso, como también para darle más crédito a la maldición que pesa sobre aquel personaje literario e histórico llamado Macbeth.