domingo, 6 de junio de 2010

Ataque al centro urbano persa


Es el único que se ha podido ubicar en toda la tierra del Emperador Kavadh. Previamente a nuestra incursión, esta ciudad ya ha sido explorada y reconocida por mi aliado, ya que es la única manera de entenderlo. Un aldeano trabaja la tierra mientras otros quedan inmóviles. La caballería bizantina aguarda la caída del centro urbano y del castillo, que aparece en vista, para luego arremeter contra los restos de la población.

sábado, 5 de junio de 2010

El ingreso a la ciudad


Varios lanzapiedras estuvieron disparando contra objetivos enemigos para eliminar la resistencia del Emperador Kavadh. Se aprovechó la distancia y la separación que genera la propia geografía con el río de por medio. Los persas verdes no tuvieron oportunidad de defenderse más allá de un onagro y una que otra unidad de caballería o infantería. Ahora los arietes de asedio, que llevan alabarderos, intentan destruir las puertas para facilitar el ingreso a la ciudad. Las catafractas se disponen a arrasar a su paso. Previamente a esto los galeones artillados de elite eliminaron varios edificios colocados cerca de la costa y, también, los ubicados un poco más al interior dentro del rango y dominio de ataque.

viernes, 4 de junio de 2010

Transporte hundido


Trozos de madera y la vela principal de un barco transporte del Emperador Kavadh se hunden en las aguas. Nuestros brulotes participaron en la acción. Se reforzará el ejército para intentar el ingreso y la posterior toma de la ciudad. Un dato que se me escapaba: hay una ruta comercial marítima establecida entre un muelle del General Manuel Comneno y el mío. Son cuatro urcas mercantes las que realizan el recorrido. Por cierto, los enemigos están muy lejos de dichas aguas así que no corren peligro.

jueves, 3 de junio de 2010

Bayaceto se retira de la contienda


Se va un gran rival. Resistió encarnizados embates de sarracenos, como de persas y bizantinos principalmente. Defendió con todo y contra todo. Incluso era líder en las estadísticas de esta partida y su puntaje es muy elevado para ser superado. Tuvo recursos a su disposición y coraje, pero finalmente terminó cediendo, pues el bombardeo desde el mar aniquiló sus últimos esfuerzos por esquivar la derrota. Los escombros que se ve en la imagen pertenecen a lo que fueron un par de torres.

miércoles, 2 de junio de 2010

Los últimos edificios


Ya ha sido derribado un castillo costero que defendía el extremo noreste. Ahora la mira está puesta en los últimos edificios que resistieron al asedio y embestida por tierra por parte de todos los rivales de Bayaceto. En esta oportunidad acompañan un par de galeones artillados de elite aguamarina; así apoyo a mi aliado, el General Manuel Comneno. No se ven muchos aldeanos sobrevivientes.

martes, 1 de junio de 2010

La flota roja ingresa en el río


Muchos de ellos son galeones simples y sólo unos cuantos son galeones artillados de elite. Su incursión en el río no es sólo para el reconocimiento; sino también para despejar la ciudad de Bayaceto, el turco azul. Ya no le resta mucho tiempo de vida y únicamente pocos edificios y, de seguro, pocos aldeanos. La mayor parte de su tierra ha sido explorada y no se ha encontrado mucho que al turco le pudiese servir aún.

miércoles, 26 de mayo de 2010

El objetivo es seguir atacando


Los propósitos de la expedición de la flota bizantina roja eran dos: se internaron en un río en cuya ribera empieza una muralla de Bayaceto. Un constructor la levantaba y fue muerto. El General Manuel Comneno se interesa en dejar brechas en las murallas para lograr el ingreso de sus tropas y tomar la ciudad de los turcos azules. Precisamente era una zona infestada de galeones enemigos, en la que yo ya había librado combates contra ellos y que me derribaron torres de bombardeo y lanzapiedras, en mi afán por defenderme de ellos y en su afán por verse librados de mí; pero mi aliado, el bizantino rojo, se encargó de mantenerles ocupados al tiempo que me esmeraba por vencer a la flota del Emperador Kavadh.

martes, 25 de mayo de 2010

Bicentenario de Argentina


Siempre ando pendiente de las estadísticas de Planeta Age. He visto que son muchas las visitas que recibe desde la propia Argentina. Y en más de una oportunidad se detienen a ver, en tamaño real, las capturas de imagen de los distintos momentos de las partidas que son narradas. No siempre sucede así, pero sí ocurre en más de una ocasión.

Es por eso que hoy quise rendirle un pequeño homenaje a la República Argentina por el Bicentenario. Siempre a la manera del Age of Empires, aprovecho una de las posibilidades que ofrece el juego para poder hacerlo.

Y finalmente no me queda más que decir: “¡Aguante Argentina!” hoy más que nunca aunque ustedes, amigos argentinos, lo digan mejor que yo.

lunes, 24 de mayo de 2010

El desfile de la flota roja


Pasan orgullosos. Como Pedro en casa. Esas aguas les pertenecen. Se las ganaron con justo derecho en buena lid. Parece que el plan de la flota del General Manuel Comneno es bordear toda la costa de la tierra de Bayaceto y hacer reconocimiento de la misma, como también, erradicar las últimas resistencias ubicadas en las fortificaciones defensivas (léase castillos y torres).

domingo, 23 de mayo de 2010

El General Manuel Comneno sigue atacando


Según se ve en el mapa, a grandes rasgos, Bayaceto está prácticamente aniquilado o en los últimos movimientos en vida. No debe haber muchos aldeanos sobrevivientes. Ahora los bizantinos rojos se encargan de echar abajo todas las torres como parte de la tarea final antes de eliminar al turco. Dos galeones artillados se ocupan en el asunto. Sin embargo haría una observación: el navío de la imagen está bajo radio de acción de la torre de homenaje. Está destinado al naufragio.

sábado, 22 de mayo de 2010

La reliquia de Bayaceto


Es por esa reliquia que tanto se luchó en territorio de Bayaceto. Una de las razones por las que pudo resistir largo rato a los embates de sus rivales. El otro motivo es la amplitud de su territorio y los recursos que pudo hallar en ella. Esta reliquia puede caer en manos del enemigo y fortalecerlos. Yo no pienso tocarla. Considero que ha sido el esfuerzo del General Manuel Comneno lo que permitió liberarla del monasterio. Entonces él la merece. Ojala llegue un monje suyo pronto para recogerla.

viernes, 21 de mayo de 2010

Emperador Kavadh contraataca


Con cuatro elefantes de guerra persas y otras armas de asedio (principalmente lanzapiedras) los persas verdes vuelven a la tierra de la que fueron expulsados con el vivo interés de reconquistarla. Esos elefantes estaban causando estragos en la muralla, debilitándola. Salieron las catafractas a combatirlas pero fueron evadidas y los elefantes se dirigieron a los alabarderos. Éstos ya han derribado dos paquidermos persas y van por los dos restantes. Los leñadores no pasarían más allá del castillo. Cayeron fulminados por las flechas.

jueves, 20 de mayo de 2010

Leñadores que buscan árboles


El Emperador Kavadh necesita urgentemente madera. Sus posibilidades son escasas. Un mapa donde predominan los mares y los ríos, ofrece menos tierra que otros. Ya casi no se dispone de bosques y los que hay son controlados por otros. Estos aldeanos yendo y viniendo son la muestra viva de la carencia del recurso para los persas verdes. Podrían armar una nueva flota o contribuir a su economía con más comida al crear nuevas granjas.

miércoles, 19 de mayo de 2010

La otra flota bizantina


Se trata de los navíos del General Manuel Comneno, el bizantino rojo. Estuve desatento a los avances que lograba mi aliado, pero ya veo que el turco Bayaceto ha cedido mucho; debilitado por las luchas contra tres rivales. Es digno de ser celebrado que al mismo tiempo que un rival era diezmado —me refiero al Emperador Kavadh— otro también lo era. Con eso se avanza de un modo eficiente. Los galeones rojos apuntan a la muralla. Un cañón de asedio se interna en la ciudad turca. Ya la tarea de vencer a los enemigos no será labor exclusivamente mía como en anteriores jornadas.

martes, 18 de mayo de 2010

El muelle ha sido destruido


Destruido el muelle enemigo del persa Sha Rukh, se asegura el dominio de las aguas eliminando, además, el castillo. De esa manera hay libre tránsito en las aguas y, de esa manera, la flota puede bombardear a su gusto toda clase de objetivos. Luego será momento del ingreso de las fuerzas terrestres a la ciudad para hacerse la posesión de la misma. Ya están listos los lanzapiedras, catafractas, alabarderos y arietes. Cada cual tendrá una labor precisa.
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