domingo, 17 de octubre de 2010

Asalto al centro urbano


Los cinco lanzapiedras han sido desmontados y adelantado un poco más para dar en el centro urbano, corazón de la ciudad. La expedición enviada por los coreanos no se ha mermado en su número y fuerza. De nuestra parte, los japoneses cuentan únicamente con las armas de asedio mencionadas. La victoria o derrota de estos esfuerzos conjuntos recaerá en la responsabilidad del Almirante Yi Sun-shin.

sábado, 16 de octubre de 2010

Los coreanos han regresado


El Almirante Yi Sun-shin ha enviado varias carretas de guerra de elite y, en menor medida, onagros de asedio. He decidido apoyar sus esfuerzos sumando cinco lanzapiedras. Una labor conjunta. La tarea de éstos será destruir las edificaciones defensivas que puedan representarle dificultades para vencer a Chepe. Por ejemplo, ya se borró del mapa un peligroso castillo por obra de los japoneses.

viernes, 15 de octubre de 2010

Nada perdido


Los arietes pudieron ser repelidos por los caballeros japoneses. Evitaron que causaran más destrucción en el campamento base. Tan sólo quedaron los edificios para la producción de unidades militares. Los aldeanos, por el temor de perderlos, fueron destinados a protegerse huyendo hacia los barcos transportes. Ahora tengo otra idea: colocar dos castillos, uno a cada lado del camino. Dos serán mejor que uno solo.

jueves, 14 de octubre de 2010

El castillo en medio del camino


El castillo es importante para defenderse de los ataques; también para obtener los samuráis. Un establo, un taller de maquinaria de asedio, un cuartel y una galería de tiro con arco es todo lo que se requiere para la creación de tropas que luchen en esa isla contra los mongoles. Lamentablemente subestimé al enemigo. Creí que sólo se acercarían unos cuantos despistados y no cinco arietes de asedio. Por más esfuerzo de los caballeros no consiguieron salvar el castillo, que cayó destruido.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Viaje a la otra isla


Los aldeanos están a punto de abordar los barcos transportes y arribar a la isla de los mongoles. Ellos, anteriormente, se dedicaron a trabajar como leñadores y eventualmente como reparadores de los buques de guerra. Ahora construirán las instalaciones militares y defensivas necesarias para facilitar la conquista final y la derrota de los rivales. Ya se ha conseguido el terreno suficiente para ese fin.

martes, 12 de octubre de 2010

El húsar que huye


Un húsar de Chepe (verde) se ha internado entre las filas japonesas, en su tarea de reconocimiento del terreno, para obtener información sobre cuántos son los japoneses y qué armas poseen: caballeros y escorpiones pesados que lanzan flechas. El mal que traen estos exploradores es que siempre desacomodan a las tropas. Luego aparece una incursión de peso del rival que aprovecha el desorden para ir eliminando unidades militares de una manera más fácil.

lunes, 11 de octubre de 2010

La persistencia japonesa


Los míos también saben cumplir con su deber. Ahora atacan un nuevo castillo. Desafortunadamente, la intensión no duró mucho; los arietes destruidos y los integrantes al interior de ellos, víctimas de los mongoles. Dejaron en llamas la construcción defensiva, aunque de seguro el incendio será apagado inmediatamente.

domingo, 10 de octubre de 2010

La aparición de los defensores


Tenían que aparecer y cumplir con su tarea. Lamentablemente la caballería japonesa se ha dispersado, persiguiendo a sus pares mongoles, que son más rápidos por ser ligeros, y se hace más débil el asalto. Ya cayeron dos caballeros por obra de una torre de guardia. El castillo enemigo fue destruido, si hay que ver algo del lado optimista.

sábado, 9 de octubre de 2010

Atacando al castillo


Seis arietes cubiertos, conteniendo cada uno cuatro alabarderos, hacen contacto con las recias paredes del castillo mongol. Aún no aparecen las fuerzas defensoras. El objetivo es hacer retroceder las posiciones del enemigo. Una vez ganado un buen espacio, éste será usado para instalar un campamento desde donde iniciar incursiones a lo que reste de los mongoles. Es mucho más fácil y práctico que transportar constantemente tropas desde la isla inicial.

viernes, 8 de octubre de 2010

Persiguiendo a los mangudais


Los onagros japoneses, victimarios de los leñadores de Chepe, yacen destrozados sobre el pasto de la isla, pero primero eliminaron aldeanos mongoles. No pudieron hacer mucho contra los mangudais mongoles, ya que de por sí siempre estarán en desventaja contra ellos. La caballería japonesa corre tras los estos mangudais azules bajo el mando de Subotai, los que por ser más ligeros llevan más ventaja para escapar.

jueves, 7 de octubre de 2010

Masacre



Los japoneses atacan a los aldeanos mongoles con onagros. Están inmóviles. Ya no les queda más labor por hacer. Han deforestado toda la isla. Lamentablemente tiene que suceder un episodio como este para que el rival, Chepe, sea derrotado. Quizás como alegato en defensa propia diré que el enemigo hubiese hecho lo mismo si tuviera la más mínima oportunidad. De todas maneras es importante para reducir el costo del pago por espías y traición. Los caballeros japoneses, unos pasos más allá, se mantienen en espera.

martes, 5 de octubre de 2010

De regreso a casa


Algunos caballeros perecieron en la ciudad, pero se obtuvo la reliquia y resguardaron la vida del monje aunque éste sufrió mucho. El heroico monje ha desembarcado y da sus primeros pasos en la isla de los aliados. No le resta muchos puntos de resistencia. Luego de depositar la reliquia en el monasterio, será destinado a descansar en uno de mis castillos por un buen tiempo, hasta que cure sus heridas. Los galeones artillados de élite se quedaron bloqueando la costa occidental de la isla en poder de los mongoles. Harán, en la medida de lo posible, destrozos y causarán pérdidas al enemigo.

lunes, 4 de octubre de 2010

Bajo el fuego enemigo


¡Por poquito! Milagrosamente el monje se retira de vuelta al barco transporte con la reliquia capturada. Tan sólo le restaba un punto de resistencia. De haber sido impactado por una flecha más hubiese muerto; la reliquia, abandonada y la expedición, un fracaso. En el supuesto de la muerte del monje, no había otro más que pudiera cumplir su labor. La reliquia, abandonada en territorio mongol, hubiese sido recogida por alguno de ellos; de esa manera, introducida en un monasterio más al interior de la isla y más difícil de acceder, motivando nuevas expediciones y más esfuerzo.

domingo, 3 de octubre de 2010

En busca de la reliquia ajena


Antes de desembarcar, la flota bombardera destruyó las defensas costeras y algunos onagros de asedio que aparecieron echando fuego desde las orillas. Luego, con la facilidad para desembarcar, los caballeros destruyeron el monasterio. Con los caballos sobre los escombros, están cerca de la reliquia. Otros se aventuran a destruir edificios económicos, para mantener alejados a los enemigos de nuestro monje. Debido al límite poblacional, sólo cuento con uno, el único capacitado e indicado para tocar una reliquia. El intento con éste único monje no debe fallar.

sábado, 2 de octubre de 2010

Kushluk se retira


En verdad, luego de esto, se puede reconocer que le hicimos daño con nuestra expedición. Los mongoles amarillos, debilitados, no resistieron más tiempo. Pero hay un detalle: un monasterio con la bandera que indica la presencia de una reliquia en su interior. Tenuemente se puede ver —a pesar de la oscuridad— que es un monasterio de Chepe, el líder de los mongoles verdes. Se ubica cerca de la costa. Un bombardeo con galeones artillados de élite puede lograr que Chepe pierda el control de la reliquia y los japoneses se encarguen de robarla.
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