lunes, 25 de octubre de 2010

Los coreanos vuelven a la carga


Parece que esto ya será el final. Había elegido descansar antes emprender el asalto final, pero una nutrida expedición enviada por el Almirante Yi Sun-shin me obliga a tomar parte del asunto. Debo apoyar sus esfuerzos. Él ataca a Subotai con carretas de guerra de elite y onagros de asedio. Con eso logrará minimizar la presencia de aldeanos sobrevivientes de cara al asalto final. En la imagen uno de ellos, a punto de recibir el fuego de los coreanos.

domingo, 24 de octubre de 2010

Genghis Khan ha claudicado


Ya no le quedaba mucho por hacer, aunque sigue atacando. Ciertas torres de vigilancia se mantienen en pie y hostigan con las flechas que disparan. La caballería se encarga de atacar los últimos edificios que deja el paso de Genghis Khan por estas tierras, en la que los mongoles están con las horas contadas.

sábado, 23 de octubre de 2010

Caballería al ataque


No quedan muchos aldeanos mongoles, pero sí un poco más de edificaciones. La producción de oro ha progresado recuperándose mucho más de lo que se hubo gastado en el pago por espías. El Almirante Yi Sun-shin ha enviado expediciones pero que han sido eliminadas. Más bien, los otros aliados han rodeado ciertos puntos de la isla con algunos de sus buques como si fuera la imagen de un bloqueo naval.

viernes, 22 de octubre de 2010

El ataque de los lanzapiedras japoneses


Los lanzapiedras, usados anteriormente en la campaña contra Chepe, son ahora usados contra Genghis Khan. El castillo en imágenes es el último que les queda en pie a los mongoles rojos. Los buques bombarderos destruyeron uno en las orillas de la isla. Los saboteadores se acercan peligrosamente a los lanzapiedras para destruirlos. Es lo último que tienen antes de caer derrotados. La caballería japonesa espera un momento antes de cargar contra los aldeanos.

jueves, 21 de octubre de 2010

Bombardeo de mar a tierra


Galeones artillados de elite japoneses se encargan de bombardear, desde un mar en posesión nuestra, todos los objetivos que sean capaces de lograr, incluso acercándose peligrosamente a las costas. Todo debe quedar listo para que las fuerzas militares terrestres japonesas ingresen a la ciudad. La victoria, de esa manera, será más fácil de conseguir. Un dato: el pago por espías ha sido mucho menor de lo esperado. La aniquilación estratégica de aldeanos mongoles ha surtido efecto.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Chepe eliminado


La combinación de fuerzas dio un resultado positivo: Chepe cae derrotado gracias al esfuerzo conjunto de coreanos y japoneses. A los aldeanos ya no les quedaba mucho con qué defenderse. Los expedicionarios del Almirante Yi Sun-shin  se encargaron de ultimarlos. Posteriormente se dirigieron hacia las tierras de Genghis Khan donde perecieron intentando hacer lo mismo.

martes, 19 de octubre de 2010

El avance de los lanzapiedras


Ahora corresponde dar en el blanco de otras edificaciones. Un establo y unas cuantas casas son los objetivos. Algunos aldeanos se hayan dispersos y separados. Unos tratan de construir nuevos edificios; otros permanecen inmóviles esperando un fatal desenlace. Hay objetivos en pie por atacar aún; por ejemplo un castillo.

lunes, 18 de octubre de 2010

Tras la caída del centro urbano


Osamentas que se encuentran por doquier. Aldeanos ultimados que forman charcos de sangre bajo sus cuerpos. Un húsar coreano y un alabardero que se aproximan a los sobrevivientes. Lanzapiedras japoneses que hacen de las suyas con los residuos de ciudad. Un par de arietes de asedio mongoles incapaces de ser utilizados. Ya no le queda mucho a Chepe, un gran rival.

domingo, 17 de octubre de 2010

Asalto al centro urbano


Los cinco lanzapiedras han sido desmontados y adelantado un poco más para dar en el centro urbano, corazón de la ciudad. La expedición enviada por los coreanos no se ha mermado en su número y fuerza. De nuestra parte, los japoneses cuentan únicamente con las armas de asedio mencionadas. La victoria o derrota de estos esfuerzos conjuntos recaerá en la responsabilidad del Almirante Yi Sun-shin.

sábado, 16 de octubre de 2010

Los coreanos han regresado


El Almirante Yi Sun-shin ha enviado varias carretas de guerra de elite y, en menor medida, onagros de asedio. He decidido apoyar sus esfuerzos sumando cinco lanzapiedras. Una labor conjunta. La tarea de éstos será destruir las edificaciones defensivas que puedan representarle dificultades para vencer a Chepe. Por ejemplo, ya se borró del mapa un peligroso castillo por obra de los japoneses.

viernes, 15 de octubre de 2010

Nada perdido


Los arietes pudieron ser repelidos por los caballeros japoneses. Evitaron que causaran más destrucción en el campamento base. Tan sólo quedaron los edificios para la producción de unidades militares. Los aldeanos, por el temor de perderlos, fueron destinados a protegerse huyendo hacia los barcos transportes. Ahora tengo otra idea: colocar dos castillos, uno a cada lado del camino. Dos serán mejor que uno solo.

jueves, 14 de octubre de 2010

El castillo en medio del camino


El castillo es importante para defenderse de los ataques; también para obtener los samuráis. Un establo, un taller de maquinaria de asedio, un cuartel y una galería de tiro con arco es todo lo que se requiere para la creación de tropas que luchen en esa isla contra los mongoles. Lamentablemente subestimé al enemigo. Creí que sólo se acercarían unos cuantos despistados y no cinco arietes de asedio. Por más esfuerzo de los caballeros no consiguieron salvar el castillo, que cayó destruido.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Viaje a la otra isla


Los aldeanos están a punto de abordar los barcos transportes y arribar a la isla de los mongoles. Ellos, anteriormente, se dedicaron a trabajar como leñadores y eventualmente como reparadores de los buques de guerra. Ahora construirán las instalaciones militares y defensivas necesarias para facilitar la conquista final y la derrota de los rivales. Ya se ha conseguido el terreno suficiente para ese fin.

martes, 12 de octubre de 2010

El húsar que huye


Un húsar de Chepe (verde) se ha internado entre las filas japonesas, en su tarea de reconocimiento del terreno, para obtener información sobre cuántos son los japoneses y qué armas poseen: caballeros y escorpiones pesados que lanzan flechas. El mal que traen estos exploradores es que siempre desacomodan a las tropas. Luego aparece una incursión de peso del rival que aprovecha el desorden para ir eliminando unidades militares de una manera más fácil.

lunes, 11 de octubre de 2010

La persistencia japonesa


Los míos también saben cumplir con su deber. Ahora atacan un nuevo castillo. Desafortunadamente, la intensión no duró mucho; los arietes destruidos y los integrantes al interior de ellos, víctimas de los mongoles. Dejaron en llamas la construcción defensiva, aunque de seguro el incendio será apagado inmediatamente.
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