miércoles, 10 de noviembre de 2010

Corazón Valiente. Un pequeño análisis

Debido al tiempo transcurrido —desde su estreno hasta hoy— ya debe haber cierta literatura crítica de cine muy desarrollada sobre la película. Entonces, evitando caer en un círculo vicioso, mi pretensión es encontrarle algún punto, visto desde cierto ángulo, que termine por ser original y novedoso. Es por ello que termino haciendo esta suerte de ensayo o apreciación crítica centrada en uno o dos temas. Por otro lado, estudiar la película globalmente seria un proyecto que tomaría años y el formato del blog no permite algo tan extenso.


Feudalismo y la cuestión de mostrarse “tal cual uno es”

La película nos introduce en las guerras de independencia escocesa de los siglos XIII y XIV, bajo la perspectiva de múltiples personajes, de distintas procedencias y bandos bélicos y políticos. En este conjunto de personajes tan heterogéneos cada quien tiene un interés en particular.

Por un lado tenemos a los campesinos o el pueblo, aquellos más pobres y que sufren las injurias inglesas más que ningún otro; pero no son los únicos, los nobles escoceses también son víctimas. Eduardo “El Zanquilargo”, cuando Escocia quedó sin príncipe heredero, convocó a una reunión de nobles para solucionar el problema de la sucesión regia; puesto que los nobles escoceses, divididos, pelean entre sí y contra “El Zanquilargo” por la corona de Escocia. En verdad, aquella cita, fue una treta traicionera para matarlos, dejándolos colgados, en un rústico granero, y de esa manera logra privar al pueblo escocés de sus líderes y cualquiera que deseara oponerse a sus planes de conquista.

William Wallace, desde niño, vive la intromisión extranjera en su patria. Las tropas reales inglesas patrullan el sur de Escocia constantemente; son territorios sobre los que ejercen control. Su niñez está marcada por la violencia. El abuelo ha muerto peleando por la patria, como también el padre y hermano mayor quienes les son devueltos muertos, en una tristísima escena, llevados en una carreta.

A su regreso de un peregrinaje por algunas de las ciudades más importantes de Europa, William Wallace se establece entre la gente del pueblo. Estos campesinos apenas tienen tierras, dependen de sus señores feudales y muchas veces (o casi siempre) son víctimas de los abusos ingleses. La gaita está proscrita, no pueden portar armas y, en casos extremos, deben compartir sus mujeres, por las buenas o las malas (prima nocte o derecho de pernada) o por violaciones, tal como estuvo por suceder con Murron, la esposa de Wallace.

Es la muerte de la esposa de Wallace lo que desata su ira y lo convierte en merecedor de su apelativo, Braveheart. Ya sabemos que viene cargando con toda una serie de experiencias negativas (la muerte de sus familiares por manos inglesas). Lo que en un principio es una revancha por la muerte de su amada y la venganza del esposo injuriado por la prima nocte va tomar un carácter de movimiento popular encausado para la liberación de Escocia. No sólo Wallace es el único afectado, sino todo un pueblo, todo un estamento social, todo un grupo humano que comparte similitudes en el modo de vida y padecimientos en el diario vivir. Es así como los clanes se van uniendo para enfrentar en el campo de batalla al ejército inglés. Lo más notable: primero la batalla de Stirling, el asedio y toma de York y finalmente la batalla de Falkirk.

En estas dos batallas, Stirling y Falkirk, suceden detalles muy importantes relacionados con el feudalismo. En la primera dos campesinos, listos para la batalla, son tomados como un ejemplo, al azar, del pensamiento popular. Uno de ellos dice que los nobles van a conversar para buscar una salida pacífica a la situación. El pueblo depende mucho de sus señores feudales. El mismo Robert The Bruce señala que si no pelean o trabajan para él los debe echar de sus tierras. Por otra parte, Wallace requiere de los nobles. En la Edad Media sólo los mejor colocados socialmente son quienes tienen caballo y pueden conformar la caballería. Lochlan la proporciona. Sin ella Wallace no hubiese coronado la victoria en Stirling y por la misma razón, la caballería de los nobles que lo abandona, no gana en Falkirk.

Quizás el momento que mejor representa la unión de los temas de este trabajo consiste en la persecución de Braveheart  al Estado Mayor Inglés en Falkirk,  que culmina con el duelo contra Robert The Bruce y al retirarle el casco descubre de quién se trata. Wallace queda desconcertado y herido en el alma. Entiende que cualquier esperanza en los nobles ha sido perdida. The Bruce queda avergonzado rehuyendo la mirada. Él era admirado por Braveheart, porque creía que este noble iba a ser el líder adecuado que guiara a Escocia. The Bruce lo deja huir ayudado por su amigo irlandés. Posteriormente, se le encuentra en la búsqueda de sobrevivientes, en el campo de batalla de Falkirk, con un tremendo shock emocional. Siente como si le hubiera robado a Wallace.

En el último viaje a Edimburgo, Wallace va engañado con que los nobles le darán el apoyo final que le hace falta para la victoria definitiva. Con eso tendría la unión completa de Escocia de cara a afrontar la guerra. La trampa es planeada por el padre de The Bruce. Previamente hubo una negociación: la cabeza de Wallace a cambio de la coronación de Robert The Bruce.

Ya en Londres, capturado y sentenciado a muerte, ante el pedido de la princesa de jurarle lealtad al rey inglés, Wallace responde que sería convertirse en una mentira respecto de todo lo que ha vivido anteriormente. Tanto así que llega al extremo de pensar en no proferir quejas ni dolor porque, de ser así, el rey lo habría vencido. Una impresionante lealtad a sus valores.

Sabemos lo que sigue después. La tortura que llega a límites inhumanos, un grito de desahogo y de afirmación de libertad capaz de despertar al moribundo rey inglés. Por el lado de los escoceses, Robert The Bruce no quería la muerte de Wallace. La observa llorando.

Años después, The Bruce lleva al ejercicio escocés a presentarse ante el ejército inglés con el propósito de rendir homenaje a la corona inglesa. Ya en ese momento es Rey de Escocia. Finalmente se reivindica ante los escoceses. Los antiguos camaradas de Wallace están allí, en Bannockburn, listos para la victoria definitiva.

Wallace se dirige más por el corazón y los sentimientos. Es un guerrero en términos románticos que prefiere dar la vida antes de siquiera negociar o ser siervo de los ingleses. Cree que con voluntad y esfuerzo se puede lograr grandes cosas para su patria; tanto así que los campesinos escoceses pelean más por sus ideales que por la obligación feudal hacía sus señores. Es un nacionalista; quiere unir a Escocia, una tierra sin noción de sí misma, con parte de sus nobles aliados de Inglaterra y clanes que pelean entre sí para prevalecer.

En quienes debemos ver una antítesis a Wallace es en los dos Bruce. El padre de The Bruce actúa con maquiavélicas intrigas políticas. Ve la política y la guerra como una cuestión de juego mental y como si se trataran del ajedrez, en donde se puede sacrificar piezas para ganar con otras. O la fría política, muy lejos de los sentimientos, que enseña a decidir lo más conveniente para mantenerse vivo y vencer. También tiene un plan para Escocia en tanto que es su patria. Quiere una nación pero sabe que es un asunto para manejarse cautelosamente. El objetivo es la coronación de su hijo y, aunque parezca extraño, es éste, al mismo tiempo, su instrumento. El leproso conseguirá su meta utilizando a su hijo y el beneficiario ulterior será éste mismo. Desde su escondite en los altos del castillo de Edimburgo condicionará y moverá hilos y madejas para sus fines.

La jugada política del clan The Bruce consistía en apoyar la rebelión de Wallace desde el norte pero condenarla desde el sur, según palabras del padre de Robert The Bruce. Ganar la confianza del Rey Inglés “sin oponérsele ni apoyarlo”. Si el clan Bruce mantiene tierras bajo su mando es porque nunca opusieron armas contra Inglaterra. Otros de los nobles escoceses sobreviven gracias al mismo método.

Wallace, como dice el padre de Robert The Bruce, es inflexible y hombre de una sólida postura. Por eso genera admiración. En cambio, The Bruce tiene doble cara; una reprimida que se manifiesta en la intimidad (su aprecio por Wallace y el dolor de no ser como él) y otra que es controlada y gobernada por su padre y se somete a lo que éste haga y aconseje. En realidad el futuro rey escocés quisiera tener el espíritu de Wallace y llegar a ser tan honesto consigo mismo sin estar en el lado erróneo. Ese problema lo atormenta.

Pero, cabe la pregunta, ¿William Wallace o Robert The Bruce? ¿Qué es mejor? Vivir o morir. Soportar suplicios en la carne y morir o soportar suplicios en el alma pero vivir. ¿Qué hay para cada uno? Para los héroes como Wallace la gloria sempiterna, la fama popular y la admiración de cualquiera. Para Robert The Bruce, la corona escocesa, ser opacado por el que vivió honestamente consigo mismo, perderse en un libro de historia y, tomando las palabras que le dirige a su padre, quedarse con “tierras, títulos, hombres, poder, nada”.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Corazón Valiente. Ficha Técnica

Tal como hube prometido a principios de año, cuando se anunció que se cumplía el Primer Aniversario de Planeta Age, una de las novedades para el presente año sería la inclusión de información, apreciaciones críticas y capturas de imágenes de los momentos memorables de ciertas películas. La elección de una u otra producción cinematográfica se sostiene en el vínculo que mantienen éstas con el videojuego que es tema de este blog.

La historia de William Wallace, el popular “Corazón Valiente” o “Braveheart”, forma parte de las cinco campañas de Age of Empires II: The Age of Kings. Si bien es conocido que se trata de la campaña más fácil, ya que se trata de la campaña de aprendizaje, eso no quita la importancia que merece este héroe escocés y la magnífica producción del séptimo arte que se hizo con su figura histórica, que mereció el Oscar a Mejor Película en 1995.


Título Original
Braveheart

Idioma
Inglés
Francés
Latín
Gaélico escocés

Dirección
Bruce Davey, productor
Mel Gibson, productor        
Alan Ladd Jr., productor     
Dean Lopata, productor adjunto   
Elisabeth Robinson, productor adjunto
Stephen McEveety, productor ejecutivo

Producción
Thomas E. Sanders

Guión
Randall Wallace

Protagonistas
Mel Gibson (William Wallace)
Patrick McGoohan (Longshanks, Piernas Largas, Zanquilargo o Eduardo I)
Angus Macfadyen (Robert Bruce, narrador)
Brendan Gleeson (Hamish Campbell)
Sophie Marçeau (Princesa Isabelle)
Ian Bannen (Sr. Robert Bruce Padre)
Peter Hanley (Principe Eduardo)
James Cosmo (Campbell El Viejo)
Catherine McCormack (Murron Mac Clannough)
David O'Hara (Stephen)
Brian Cox (Argyle Wallace)

Diseño de vestuario
Charles Knode

Música
James Horner

Fotografía
John Toll

Montaje
Steven Rosenblum

Studio
Icon Productions
The Ladd Company

Distribución
Estados Unidos: Paramount Pictures; Internacional: 20th Century Fox

Duración
177 minutos

domingo, 31 de octubre de 2010

Descarga de Lejano Oriente

Aquí tienen la posibilidad de descargar gratuitamente Lejano Oriente, la partida que se ha narrado en las últimas semanas.

Es un archivo de winzip que contiene dos momentos de la partida. El primero, al principio, cuando la partida era favorable para el enemigo; y luego, un segundo instante, en el que todo marchaba a favor de la victoria. Además de ello, el archivo contiene capturas de imagen de las estadísticas de la partida una vez concluida; quedan como un testimonio más de la victoria obtenida.

Para descargar la partida, sigan este vínculo.

sábado, 30 de octubre de 2010

Lejano Oriente. Balance Final

Las condiciones del mapa determinaron en gran manera cómo se desarrolló la partida. Como siempre los jugadores del sistema, o mejor dicho, aquellos que juegan dirigidos por el programa o la computadora, son los que evolucionan más rápidamente que los dirigidos por un ser humano. Es así como en las primeras capturas de imagen, correspondientes a los primeros momentos del juego, si se tratan de acciones bélicas, tienen como protagonistas a los jugadores del sistema. Fueron mis aliados, Almirante Yi Sun-shin, Wu Ze-tian y Zhao Kuang-yin los que se enfrentan a los cuatro mongoles, Kushluk, Chepe, Genghis Khan y Subotai. Los japoneses se ocupaban de construir una economía sólida, en algunos momentos apoyar con recursos a los aliados, ir observando la evolución del conflicto y reconocer el territorio del enemigo en cada incursión aliada.

Con los contendientes repartidos en dos islas y separados por un canal, la única manera de combatirse fue en las aguas, mediante los barcos de guerra y, en menor medida, con los desembarcos de unidades terrestres que no hacían, al principio, un gran daño a los oponentes. Entonces, el canal se convirtió en una tierra de nadie. Constantemente cada participante enviaba su flota para enfrentarse a la del rival. Se vio, galeones, galeones artillados, galeones artillados de élite, brulotes y brulotes rápidos e incluso, con menor frecuencia, buques de demolición pesados. Salidos del muelle o astillero, partieron rumbo a encontrarse con el enemigo sea cual sea. Los dos bandos se apoyaban entre sí. A veces uno de los contendientes enviaba su flota y ésta terminaba peleando contra dos rivales al mismo tiempo. Hubo batallas en las que se involucraban hasta cuatro facciones, en un combate de tres contra uno o dos contra dos. En fin, la gran batalla naval fue una lucha a muerte buscando que el otro ceda para que luego su isla sea invadida.

Lo más importante para conseguir fue la madera. Hacia los momentos finales de la partida ya no quedaba un solo bosque existente. Todos fueron devorados por las hachas de los leñadores en ese afán de enviar más naves al frente de batalla. Una gran postal que nunca logró aparecer es la siguiente: un número elevado de aldeanos de Zhao Kuang-yin muy laboriosos. Al final quedaron desempleados, pues se agotaron los árboles.

La adquisición de monedas estuvo manejada por la explotación de las minas de oro y el robo de reliquias que eran liberadas de los monasterios por obra de un bombardeo. Sin embargo, la fuente más importante de ingresos fueron las caravanas comerciales entre nuestro mercado y el mercado coreano; como también, las urcas mercantes dirigidas al puerto del Almirante Yi Sun-shin. Ninguna de las rutas tuvo problemas de ataques enemigos: las carretas comerciales iban por el medio de la isla y las naves mercantiles navegaban a cabotaje desde nuestro puerto ubicado a las espaldas del canal, el frente de batalla. Mis aliados también aprovecharon la oportunidad de hacer comercio con los japoneses.

Hay eventos que coinciden en un momento dado. Cuando los mongoles hacen sus últimas incursiones navales de gran peso, cuando Kushluk anduvo medio herido de muerte, debilitado por constantes ataques marinos, es el momento en que surge la flota de los japoneses para entrar en acción. En ese entonces, la economía nuestra podía hacer frente a los gastos de mantener una flota y un ejército activos.

El mejor lugar para establecer una base militar en la isla era uno de los extremos. Elegí el extremo occidental ya que allí se hallaba Kushluk, minimizado y casi destruido. De todos los mongoles era quien anduvo más rezagado y no fue para menos. Su presencia en sus orillas estuvo tan mermada que Chepe, un participante ubicado al centro de la isla, tuvo construido un molino para explotar los recursos naturales más cercanos a la costa. Es más, viendo la zona que ocupaban en el mapa, los mongoles de Chepe contaron con tres grandes bosques de los cuales alimentaron su armada y les permitió expandirse a su gusto con lo cual fueron, por mucho tiempo, los líderes de la partida.

El resto ya ha sido relatado. Eliminación de Kushluk, el establecimiento de dos castillos luego de perder uno y la participación conjunta entre los coreanos y japoneses para vencer a Chepe y Subotai, además de mis esfuerzos privados por vencer a Genghis Khan. Ubicar aldeanos desocupados y eliminarlos para pagar menos por los espías, fue necesario. Los encontré casi por suerte, pues el terreno de la isla era desconocido en su totalidad. Fueron ataques selectivos con fines estratégicos.

Una vez Chepe derrotado, las distancias entre éste y yo eran un poco ventajosas para el primero. Ya cuando se encaminaba la victoria de la coalición de chinos, coreanos y japoneses las distancias eran de temer si no concluía la partida en el primer lugar. La situación fue difícil. Los aliados, especialmente el Almirante Yi Sun-shin, habían retomado sus incursiones en la isla de los mongoles y eso significaba apresurar el paso rumbo a la victoria final. Por último, eso motivó a que mis japoneses y yo seamos más incisivos y nos apuremos en vencer a los mongoles. Luego de anunciada la victoria las estadísticas definitivas fueron alentadoras: había logrado superar a Chepe por casi 600 puntos. Un milagro a base de esfuerzo.

jueves, 28 de octubre de 2010

Subotai concede la victoria


La presencia japonesa fue sólo para aparecer en la imagen. La mayor parte del trabajo, para derrotar a los últimos mongoles, fue tarea del Almirante Yi Sun-shin y sus tropas de asalto. En el último momento perdieron la vida tres caballeros japoneses por culpa del fuego de los coreanos, cuando aquellos se disponían victimar a los aldeanos de Subotai. De las edificaciones mongolas, en la isla enemiga, no queda más que una. La isla prácticamente fue limpiada de principio a fin, de arriba abajo, de izquierda a derecha. Los mongoles fueron aniquilados.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Los últimos aldeanos de Subotai


Son lo último que queda de la presencia mongola en la isla. El centro urbano queda en escombros por la acción de los onagros de asedio coreanos. Éstos siguen lanzando bolas de fuego, insistentemente, sobre los aldeanos supervivientes. Los cadáveres de otros victimados yacen sobre el pasto. La caballería japonesa, aquella ubicada al sur, se prepara para la carga.

martes, 26 de octubre de 2010

El cerco sobre Subotai


Subotai empieza a estar rodeado. Por el norte, caballeros japoneses; por el sur armas de asedio coreanas y japonesas; en el mar, buques aliados que bloquean las costas. O por el norte o por el sur, Subotai, el mongol azul, será atacado. Los roles se han invertido respecto de la campaña contra Chepe. Una pequeña expedición de Wu Ze-tian se va acercando (ya han desembarcado en la isla) para apoyar los esfuerzos de sus aliados.

lunes, 25 de octubre de 2010

Los coreanos vuelven a la carga


Parece que esto ya será el final. Había elegido descansar antes emprender el asalto final, pero una nutrida expedición enviada por el Almirante Yi Sun-shin me obliga a tomar parte del asunto. Debo apoyar sus esfuerzos. Él ataca a Subotai con carretas de guerra de elite y onagros de asedio. Con eso logrará minimizar la presencia de aldeanos sobrevivientes de cara al asalto final. En la imagen uno de ellos, a punto de recibir el fuego de los coreanos.

domingo, 24 de octubre de 2010

Genghis Khan ha claudicado


Ya no le quedaba mucho por hacer, aunque sigue atacando. Ciertas torres de vigilancia se mantienen en pie y hostigan con las flechas que disparan. La caballería se encarga de atacar los últimos edificios que deja el paso de Genghis Khan por estas tierras, en la que los mongoles están con las horas contadas.

sábado, 23 de octubre de 2010

Caballería al ataque


No quedan muchos aldeanos mongoles, pero sí un poco más de edificaciones. La producción de oro ha progresado recuperándose mucho más de lo que se hubo gastado en el pago por espías. El Almirante Yi Sun-shin ha enviado expediciones pero que han sido eliminadas. Más bien, los otros aliados han rodeado ciertos puntos de la isla con algunos de sus buques como si fuera la imagen de un bloqueo naval.

viernes, 22 de octubre de 2010

El ataque de los lanzapiedras japoneses


Los lanzapiedras, usados anteriormente en la campaña contra Chepe, son ahora usados contra Genghis Khan. El castillo en imágenes es el último que les queda en pie a los mongoles rojos. Los buques bombarderos destruyeron uno en las orillas de la isla. Los saboteadores se acercan peligrosamente a los lanzapiedras para destruirlos. Es lo último que tienen antes de caer derrotados. La caballería japonesa espera un momento antes de cargar contra los aldeanos.

jueves, 21 de octubre de 2010

Bombardeo de mar a tierra


Galeones artillados de elite japoneses se encargan de bombardear, desde un mar en posesión nuestra, todos los objetivos que sean capaces de lograr, incluso acercándose peligrosamente a las costas. Todo debe quedar listo para que las fuerzas militares terrestres japonesas ingresen a la ciudad. La victoria, de esa manera, será más fácil de conseguir. Un dato: el pago por espías ha sido mucho menor de lo esperado. La aniquilación estratégica de aldeanos mongoles ha surtido efecto.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Chepe eliminado


La combinación de fuerzas dio un resultado positivo: Chepe cae derrotado gracias al esfuerzo conjunto de coreanos y japoneses. A los aldeanos ya no les quedaba mucho con qué defenderse. Los expedicionarios del Almirante Yi Sun-shin  se encargaron de ultimarlos. Posteriormente se dirigieron hacia las tierras de Genghis Khan donde perecieron intentando hacer lo mismo.

martes, 19 de octubre de 2010

El avance de los lanzapiedras


Ahora corresponde dar en el blanco de otras edificaciones. Un establo y unas cuantas casas son los objetivos. Algunos aldeanos se hayan dispersos y separados. Unos tratan de construir nuevos edificios; otros permanecen inmóviles esperando un fatal desenlace. Hay objetivos en pie por atacar aún; por ejemplo un castillo.

lunes, 18 de octubre de 2010

Tras la caída del centro urbano


Osamentas que se encuentran por doquier. Aldeanos ultimados que forman charcos de sangre bajo sus cuerpos. Un húsar coreano y un alabardero que se aproximan a los sobrevivientes. Lanzapiedras japoneses que hacen de las suyas con los residuos de ciudad. Un par de arietes de asedio mongoles incapaces de ser utilizados. Ya no le queda mucho a Chepe, un gran rival.
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