Ataque en el centro urbano maya

Los celtas han masacrado a los agricultores ubicados alrededor del centro urbano maya. Han aprovechado muy bien el uso del arquero a caballo y los onagros de asedio. Esto es muy importante ya que significa un aporte para conseguir nuestra victoria. Los ingleses no desean quedarse atrás y pretenden atacar por dos extremos: el primero, desde la fortaleza construida en las antiguas tierras de los francos y otra que viene de la ciudad amurallada.

Los onagros atacan

Conall ha sido más atrevido de lo que esperaba y nos motiva a reemprender la guerra. Esperaba acumular más oro, pero debo apoyar de inmediato a mi aliado. Ya lo hice defendiéndolo, en los inicios de la partida; ahora corresponde cuando la partida se acerca hacia su fin.

Conall interviene

No voy a ocultar que a Conall, el celta, le di una inyección de recursos para que pueda colaborar en nuestra victoria final. Ahora veo cómo responde: se arma de valor y decide enfrentar a Pájaro-jaguar, pero lo está haciendo con armas de ataque a distancia. Ojalá no sea tan torpe de utilizar los onagros, para atacar al enemigo, en el mismo lugar donde estén otras tropas suyas ya que eso implica acabar con ellas.

Encuentro con los mayas

Pájaro-jaguar es un enconado rival, creo que ya lo he dicho antes. Las tropas inglesas se encuentran destruyendo lo último que queda de los japoneses. A pesar de la situación, sin gran interés bélico, los mayas hacen su aparición y se disponen a pelear. Son los últimos rivales de la contienda. Por otro lado, se hace el pago por espías que deja a los ingleses con poco dinero en sus arcas.

Hosokawa Katsumoto cae derrotado

Uno sigue al otro. Ya era cuestión de tiempo. Los guerreros japoneses habían caído en combate, luego de que sus edificios fueran destruidos y así nadie podía defender a los últimos aldeanos. La misma maquinaria de asedio (los onagros) que ultimaron a los aldeanos de Yue Fei, hacen lo mismo con los últimos aldeanos japoneses.

Yue Fei eliminado

Fue lo más difícil de encontrar. Nunca pensé que los aldeanos de Yue Fei podían haber deforestado una zona tan amplia del mapa y alcanzar lejanos (lejanísimos) lugares con el fin de conseguir más madera. Ese grupo de onagros ha viajado por una sección del mapa que se hallaba muy protegida por los japoneses y costaba mucho llegar a ella. Una vez que los guerreros de Hosokawa Katsumoto cayeron en batalla, el camino hacia estos últimos aldeanos chinos fue más fácil.

La labor de los arqueros de tiro largo

Resulta excelente que el rango de alcance sea elevado. Si aprecian bien la imagen, los aldeanos japoneses están siendo victimados; pero la torre de homenaje no es capaz de dar con sus flechas en los arqueros de tiro largo, quienes permanecen a salvo. Esto es poco probable que lo pueda ejecutar otra unidad de otra civilización.

Los últimos momentos de Hosokawa Katsumoto

Un par de samuráis, aldeanos desprotegidos, edificaciones que esperan el turno de ser destruidas. Así es el momento que viven los japoneses. Lo bueno de la caballería pesada para esta tarea está en sus puntos de resistencia. Gracias a eso pueden luchar más tiempo y pueden combatir más tiempo antes de perecer.

Los lanzapiedras sobrevivientes

Lamentablemente, la caballería pesada se nos fue de las manos y terminaron sucumbiendo ante las flechas de castillos y torres de homenaje. Lo que quedo en pie fue estos lanzapiedras cuya existencia se va acercando a su fin. Es hora de volver la mirada a casa y armar una nueva expedición. Definitivamente le hemos dado un golpe duro a Hosokawa Katsumoto y no creo que reedifique su ciudad ni pueda hacer que aparezcan guerreros para que la defiendan.

Ataque en el centro urbano japonés

La caballería pesada ha penetrado en el corazón de la ciudad. Las armas de asedio vienen detrás. Son muy pocos los que, armas en manos, salen a defender su ciudad. Los aldeanos dedicados a la agricultura se han refugiado al interior del centro urbano. Cuando lleguen las armas de asedio del ejército inglés, serán obligados a escapar.

El apoyo de los lanzapiedras

Sin el apoyo de los lanzapiedras en la destrucción de los edificios, no sería de gran valor la intervención de las otras unidades militares. Lo único malo en esta campaña contra los japoneses está en que reforzaron su ejército con una buena cantidad de monjes. Éstos trabajan para convertir unidades enemigas —en este caso inglesas— y pasarlas a su bando. Es cierto que acontece con uno o dos, pero de todas maneras causa perjuicios.

La caballería ligera es aniquilada

Los arqueros de tiro largo ponen fuera de combate a la caballería ligera japonesa, quizás lo último de caballería que a Hosokawa Katsumoto le restaba. Han sido realmente útiles. Gracias a su capacidad de ataque a distancia iban hiriendo desde lejos a los jinetes y cuando estaban cerca de ellos llegaban con el último aliento y poca fuerza vital que una última ráfaga de flechas los eliminaba.

Una vez más a la carga

Sorprende realmente cómo los japoneses han deforestado amplias zonas del mapa. Aquí la caballería carga contra la infantería que aparece para defender el nombre de Hosokawa Katsumoto. Poco a poco van apareciendo más guerreros japoneses dispuestos a defender su tierra.

Onagros destrozados

Nos esperaban muchos de ellos. Mi mejor alternativa frente a los onagros es utilizar, también, onagros para neutralizarlos. Entre ellos que se entiendan y se destruyan. Una vez dado esto, es más fácil enfrentarse al resto del ejército.

Campaña contra los japoneses

Luego de un lapso prudencial volvemos a la carga contra los japoneses. No sólo importa su derrota para encaminarnos a la victoria final sino, además, para conocer su territorio y conocer, finalmente, dónde se metieron los últimos chinos liderados por Yue Fei. Se supone que deben estar refugiados en el territorio de Hosokawa Katsumoto. Entonces allí los encontraremos.