miércoles, 2 de marzo de 2011

Tristán e Isolda. Un pequeño análisis

Debido al tiempo transcurrido —desde su estreno hasta hoy— ya debe haber literatura crítica de cine muy desarrollada sobre la película. Entonces, evitando caer en un círculo vicioso, mi pretensión es encontrarle algún punto, visto desde cierto ángulo, que termine por ser original y novedoso. Es por ello que termino haciendo esta suerte de ensayo o apreciación crítica centrada en uno o dos temas. Por otro lado, estudiar la película globalmente seria un proyecto que tomaría años y el formato del blog no permite algo tan extenso.


Limitaciones de una mujer medieval

Si nos ponemos a pensar que hasta hace unas décadas atrás no hubo muchas libertades para las mujeres, que muchas de las actividades que hoy realizan les eran completamente vetadas, creo que podemos llevar este razonamiento hacia la condiciones de vida en la Edad Media y llegamos a la conclusión de que en aquellos tiempos el rol de la mujer pudo haber sido más restringido, negando libertades que hoy nos parecen obvias.

Tristán e Isolda es netamente una historia de amor. En un principio fue un relato que se transmitía oralmente para deleite de los espectadores y en cada lugar iba tomando matices diferentes, que empiezan a darle variantes a la leyenda. Hoy, varios siglos después, la leyenda es retomada, en una versión cinematográfica, confiriéndole nuevos aspectos. Es así como tenemos una historia en la que Irlanda ejerce poder sobre los divididos reinos de Britania, porque la primera no fue conquistada ni ocupada por los romanos mientras que la segunda sí lo fue. Por eso, con el retiro de las legiones romanas, Britania cayó en un estado de anarquía que permitió su división en reinos feudales gobernados por celtas, druidas, sajones, pictos, anglos, etc. Los pueblos mencionados son los que salen de la boca de un personaje de la película.

Para el presente análisis vamos a marginar a Tristán a un rol secundario y, más bien, vamos a enfocarnos en la figura de Isolda. Tal elección resulta interesante ya que presenta más material para analizar.

De todos los personajes femeninos que la película muestra, Isolda es la principal. El resto de mujeres aparecen subordinadas a un papel circunstancial, para acompañar al momento, dejando la acción y el curso de la trama a los hombres. Incluso la mujer más cercana a Isolda (nos referimos a Bragnae) aparece, también, en un rol de comparsa respecto a su ama.

Isolda aparece como la única del género femenino con mayor presencia en la película. Ella está rodeada de tres hombres que determinan su comportamiento como mujer. Esos son: su padre, el rey Donnchadh; su futuro esposo, Lord Marke de Cornwall y su amado Tristán.

El rey Donnchadh es padre de Isolda y gobierna Dunluce (actualmente ruinas medievales en Irlanda del Norte). Su política es de mano dura hacia los divididos y débiles reinos de Britania. Gracias a su guerrero más poderoso, Morholt, consigue oro de parte de los británicos, ya sea mediante el tributo o el pillaje, como también el secuestro de aldeanos o la ejecución de los mismos si fuera necesario.

La imagen que el rey irlandés proyecta no es de las mejores. Encaja a la perfección con la imagen del malvado poderoso que cualquier aficionado al cine puede tener. Es maquiavélico, trama, conspira, pretende dominar y someter a los demás. No le importa gran cosa la condición de las mujeres. Cuando Isolda era niña y ha muerto su madre, le dicen que su madre murió porque su salud era delicada. Isolda refuta Bragnae opinando que su madre murió por una cuestión de sentimientos. Aquí vamos viendo la figura del matrimonio impuesto que puede terminar por arruinar los sentimientos de una persona, en este caso de una mujer, al extremo de causarle la muerte. Esa imposibilidad de elegir un marido, decisión sostenida en la libertad más elemental, termina siendo fatal. Más adelante Isolda le dice a Bragnae que su madre murió pues siempre estuvo condenada a una vida infeliz. Podemos inferir que se trata de una cuestión matrimonial. El rey Donnchadh no es precisamente un dechado de virtudes para una mujer.

En un principio Isolda está prometida por voluntad de su padre a Morholt, uno de los mejores guerreros del rey irlandés. Esto sucede a petición del guerrero y el rey responde queriendo entregarle su hija en matrimonio. Posteriormente dialoga con Isolda sobre su decisión, la cual responde que no es una esclava que se entrega antojadizamente. Aquí se resalta la condición de Isolda de romper lo establecido: el matrimonio no como resultado de la voluntad personal sostenida en los afectos personales, sino como una obligación impuesta por un tercero, en esta situación el tercero es su padre y a su vez el rey al cual le debe obediencia. Finalmente el matrimonio entre Isolda y el mejor guerrero de su padre no se logra consumar. Sin saber de quién se trata, Tristán lo mata en combate cuando los irlandeses marchaban de vuelta a casa tras una incursión en tierras britanas.

Isolda representa para su padre una carta a jugarse si el momento es preciso. El rey irlandés organiza un torneo en el que peleen representantes de las diversas tribus britanas. El premio para el vencedor es Isolda, un feudo y una dote en metálico. Los britanos notan de inmediato que es una estrategia del rey irlandés para dividirlos y colocarlos en una posición más débil. Es de notable importancia la ironía de Isolda. Ante la presencia de su padre, sobre sus  vestidos cierne un velo para quedar como un regalo tal como ella misma lo dice. Luego Isolda sube de mala gana al estrado desde el cual observará el torneo.

Aquí es donde ingresa Tristán para nuestro análisis. Cuando se produce el segundo encuentro entre Tristán e Isolda la situación es distinta a la primera. Tristán había prometido a Lord Marke ganarle una esposa como muestra de aprecio y para que exista la paz entre irlandeses y britanos. Para eso participa en el torneo. El problema es que Isolda es la mujer que Tristán ha ganado para su tío Lord Marke. En el primer momento que Tristán e Isolda tienen su primer contacto, se hacen amigos y después se enamoran, pero Isolda nunca reveló su verdadera identidad. Al finalizar el torneo y cuando le presentan a la mujer que ha ganado, pero que ya ha prometido para otro hombre, se produce un golpe emocional terriblemente duro. ¡El mundo tenía que ser tan pequeño para los dos! Tristán ya no puede renunciar a su promesa y a Isolda tan sólo le resta aceptar lo que le imponen. No hay salida. Se va trazando el destino trágico de este amor.

Lord Marke es el destinatario de Isolda y representa el matrimonio impuesto. Para ella resulta una experiencia difícil. En primer lugar, Lord Marke no es un hombre al cual ame, el trato con él resulta complicado. Isolda no expresa repulsión como la tuvo contra Morholt; más bien, lo que experimenta son las dificultades de vivir como esposa de un hombre que apenas conoce, cuando lo común (para nosotros) dictaría que tuvieran una etapa previa de enamoramiento, pero no es así. Desde los besos y caricias hasta compartir el lecho marital serán cosas que Isolda rechazará en un principio. Si bien parece finalmente aceptarlas, en el fondo son cosas que le gustaría vivir con Tristán.

En realidad Isolda está enamorada de Tristán, quien significa el amor y el amado que ella no puede amar. Ya hemos dicho: Tristán la ganó como esposa para su tío Lord Marke. Si hay romance entre ambos posteriormente es por voluntad de Isolda. Tristán hubiera permanecido con un dolor sempiterno si Isolda no hubiera motivado a que se encuentren a escondidas, siéndole infiel a su esposo. Aún así, la situación es difícil para una pareja cuyo amor es prohibido. El matrimonio con Lord Marke es una carga ominosa para ambos. Para Tristán resulta terrible vivir traicionando a su tío. A Isolda le duele que su verdadero amor sea en secreto. Como ella dice, su amor con Tristán se basa en momentos robados, que ellos nunca se tomarán de las manos en público, ni tendrán paseos juntos, ni besos y sonrisas sin temor a ser descubiertos. Isolda no cabe más en ese espacio privado e íntimo que aprovecha para desenvolverse tal cual ella es. Lo que Isolda quiere hacer es ir más allá y gozar de un espacio más amplio donde pueda ser ella misma en completa libertad.

A veces las películas incorporan un pequeño momento en el cual los personajes reflexionan sobre un tema en común. Parecen que fueran material de relleno para completar las aproximadamente dos horas de duración de un film. Sin embargo, yendo más allá, si uno toma atención estos pasajes, verá que aparecen en momentos claves y, al mismo tiempo, pueden determinar el camino de la trama. Tras la lectura de un poema, Isolda reflexiona ante Tristán sobre los deseos ¿Por qué existen éstos si hay limitaciones que impiden su realización? El deseo choca con los límites de la imposición. Isolda es una mujer que busca un lugar para una vida propia sin imposiciones externas, pero ese lugar no existe para ella. El rey Donnchadh, Lord Marke y Tristán, actuando de distintas maneras, le impiden a Isolda encontrar ese lugar: lo que ella buscaba era una utopía.

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