Muchas veces en Age of Empires II los aficionados se encuentran con nombres de los líderes bajo cuyo nombre la civilización —aliada o enemiga— aparece en el juego. Más allá de parecer ficción, casi todos los nombres pertenecen a personajes históricos. Con ello el juego se prestigia aún más pues significa el empleo de investigación para su desarrollo.
Aquí, en un breve espacio, se hace un esfuerzo por dar a conocer quiénes fueron ellos y qué hicieron para ganarse un lugar en los libros de historia. Es el turno de Sultán Murad (turcos), uno de los participantes de Reto Inaugural, la primera partida que se relató en Planeta Age.
Sultán Murad (según Age of Empires) o Murad I (de acuerdo con la historia) nació entre marzo o junio de 1326 y murió el 15 de junio de 1389 en la Batalla de Kosovo. Se le conoce como sultán del Imperio Otomano desde 1361 hasta 1389. Fue hijo de Orhan I y Nilufer Hatun, quien mantuvo un periodo de regencia hasta que Murad fuera capaz de gobernar.
Estableció a su tribu, los osmalíes, como detentoras del poder y gobernaba desde la conquistada ciudad de Adrianópolis (actual Edirne). Sometió, además, varias regiones de los Balcanes forzando al emperador bizantino a que le pagara un holgado tributo a fin de mantener la paz. Él fue quien creó el título de sultán para los gobernantes del Imperio Otomano; como también la incorporación de jóvenes cristianos entre las filas del ejército, estos fueron los conocidos jenízaros.
Durante su vida encaró diversas guerras entre ellas una contra el poderoso emirato de Karamán (ubicado en Anatolia) y luchó contra los pueblos serbios, búlgaros y húngaros. En particular se destaca una expedición de serbios, liderada por su rey y su hermano, Vukasin y Despot Ugljesa, que fue derrotada el 26 de setiembre de 1371, por Sahin Pasa, lugarteniente de Murad I. En 1385 Sofía cayó en poder de los otomanos. Un año después Lazar de Serbia derrotó a las fuerzas otomanas en la Batalla de Plocnik, en la que el ejército turco sufrió grandes bajas lo cual propició que no pudieran conquistar la ciudad de Nis en el camino de regreso. Finalmente, en 1389 el ejército de Murad I consiguió vencer a los serbios y sus aliados en la Batalla de Kosovo, un enfrentamiento bélico que significó la muerte del rey serbio y el sultán turco como también un número aproximadamente similar de bajas en ambos contendientes; sin embargo, considerando el volumen total del ejército otomano, se puede decir que la batalla fue beneficiosa para los turcos, ya que disponían de reservas y los serbios no. Este es un ejemplo histórico de victoria pírrica. Fue un paso previo al dominio turco en tierras balcánicas.
Sobre su muerte existen diversas fuentes. La más aceptada, en el consenso de los historiadores occidentales, consiste en que su asesino fue el noble serbio Milos Obilic y que recurrió a un cuchillo para ello. Se dice que durante la batalla se fue abriendo paso entre las líneas otomanas hasta llegar al campamento de Murad I donde le dio dos puñaladas, una en la garganta, la otra en el corazón. Acto seguido fue muerto por la guardia real. Los cronistas otomanos (incluido también el historiador moldavo Dimitrie Cantemir) sostienen que fue muerto durante un paseo alrededor del campo de batalla. Otros afirman que fue sorprendido en su tienda de campaña por un asesino que ingresó al campamento engañando que solicitaría un favor.
Los órganos internos del Sultán Murad I fueron enterrados en el mismo campo de batalla; su cuerpo, en cambio, fue enviado a Bursa, Anatolia. Allí fue enterrado en un complejo construido en su honor.
El sucesor de Murad I fue Bayaceto, su hijo mayor. La investidura fue en el mismo campo de batalla. Inmediatamente después complotó el asesinato de su hermano menor, Yakub, precisamente para evitar una conspiración en su contra.
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