lunes, 5 de marzo de 2012

Carlomagno


Muchas veces en Age of Empires II los aficionados se encuentran con nombres de los líderes bajo cuyo nombre la civilización —aliada o enemiga— aparece en el juego. Más allá de parecer ficción, casi todos los nombres pertenecen a personajes históricos. Con ello el juego se prestigia aún más pues significa el empleo de investigación para su desarrollo.

Aquí, en un breve espacio, se hace un esfuerzo por dar a conocer quiénes fueron ellos y qué hicieron para ganarse un lugar en los libros de historia. Es el turno de Carlomagno (francos), uno de los participantes de Feudos Francos, la cuarta partida que se relató en Planeta Age.


Carlomagno (también conocido como Carlos I o Carolus Magnus) fue rey de los francos desde 768, Rey de Italia desde 774 y el primer emperador del Sacro Imperio Romano, cargo con el cual se convirtió en el primero en ostentarlo, en el occidente europeo, tras la caída de Roma tres siglos antes.

Nació aproximadamente en el 742 en Heristal. Fue coronado rey tras la muerte de su padre. En un principio fue un reinado compartido con su hermano Carlomán I, pero la repentina muerte de éste en 771 lo dejó como el único rey de los francos. Alcanzaría el auge de su poder siendo coronado emperador en la Navidad del año 800 por el Papa León III. También es conocido como el Padre de Europa por dar forma e identidad a dicho continente. El imperio de Carlomagno unió bajo su cetro a buena parte del mundo europeo occidental.

En un principio estuvo casado con Desiderata, una princesa lombarda e hija del rey lombardo Desiderio. El Papa Esteban III se opuso a este enlace; sin embargo, poco después entendió que no debería temer una alianza entre francos y lombardos.

Menos de un año después, Carlomagno repudia a su esposa Desiderata y contrae matrimonio con una joven princesa de Suabia de apenas trece años de edad y llamada Hildegarda. Desiderio pronto encolerizó y formó una alianza con Carlomán, hermano de Carlomagno, pero el hermano moriría pronto —en extrañas circunstancias— Gerberga, su esposa, encontró refugio en la corte del rey lombardo junto a sus hijos.

El Reino Lombardo caería en manos de Carlomagno unos años después. En el 772, el Papa Adrian I reclamaría ciudades del Exarcado de Rávena, las cuales por medio de un acuerdo pasarían a manos de los Estados Pontificios tras la sucesión de Desiderio. Éste inició una campaña camino a Roma en la que fue tomando varias ciudades hasta alcanzar Pentápolis. El Papa pidió ayuda a Carlomagno haciéndole recordar las políticas de Pipino, su padre. Desiderio respondió que no renunciaría a su escalada bélica. Carlomagno y su tío Bernardo cruzaron los Alpes en 773 y atacó a los lombardos en Pavía y luego asedió dicha ciudad. Carlomagno aprovechó para tratar con Adechis, hijo de Desiderio, quien preparaba un ejército en Verona. Este joven príncipe estuvo a punto de ser capturado en las costas adriáticas y tuvo que viajar a Bizancio para solicitar ayuda a Constantino V, pero éste se hallaba en guerra contra los búlgaros.

El asedio de Rávena duró hasta la primavera de 774, cuando Carlomagno visitó al Papa en Roma. Allí, en la Santa Sede, Carlomagno recibió el título de patricio. De vuelta a Rávena, ya para el verano, los lombardos se habían rendido. Desiderio fue encerrado en la abadía de Corbie, Francia y su hijo murió en Constantinopla. Carlomagno tomó la corona del reino conquistado y se convirtió en rey de Lombardía, recibiendo lo que se conoce como la Corona de Hierro de Lombardía y obligó a los nobles de la región a rendirle homenaje en Pavía. Como rey de Lombardía se convertía en el más poderoso hombre de Italia. Dejó una guarnición de nobles francos para controlar la región.

Sólo quedaba un remanente en Italia: el Ducado de Benevento, cuyo líder, Arechis II, no aceptó someterse y proclamó su libertad. La situación en Italia no era estable. Los duques de Friuli y Spoleto se rebelaron. Carlomagno regresó de combatir a los sajones y derrotó al duque de Friuli en batalla y con el de Spoleto firmó un tratado de paz. Arechis, el instigador en secreto, no fue sometido. Tras estos hechos, todo el norte de Italia estaba en poder de Carlomagno.

En 787 Carlomagno puso los ojos en el Ducado de Benevento, en el sur de Italia. Arechis gobernaba independientemente. Carlomagno asedió Salermo y luego Arechis fue sometido a vasallaje. Sin embargo, tras su muerte en 792, Benevento proclamó su independencia bajo Grimoaldo III, su hijo y sucesor. Si bien, al final, se sometió a los francos, el dominio franco fue muy ligero.

Tras la derrota de Gaifer en 768, Aquitania quedaba sometida. Un año después, probablemente quien fuera su hijo, Hunald II, asumió el liderazgo de una nueva rebelión contra el poder franco. Luego buscaría refugio en el Ducado de Gasgonia, en la corte de Lupus II. Éste, sin embargo, lo entrega a Carlomagno, sin tener el más mínimo temor, sino más bien jurando lealtad a la corona franca, lo cual confirma la paz en la zona vasca.

Aparentemente, Carlomagno disminuyó el poder del Duque Lupus nombrando a un tal Seguin I de Gasconia como Conde de Burdeos, y repartiendo otros feudos, en el 778, para tener más cuidado con los futuros levantamientos en dicha área. El duque vasco en turno parece que tiene mucho que ver en la Batalla del Paso de Roncesvalles (conocida como la perfidia vasca). La derrota de la retaguardia del ejército de Carlomagno determinó que éste rigiera directamente estableciendo el Reino de Aquitania en el que Luis el Piadoso, su hijo primogénito, fue proclamado como primer rey. El reino se sostenía en una base de oficiales francos, la distribución de tierras entre colonizadores y forjando una alianza con la Iglesia a la que le donó tierras.

De acuerdo con el historiador árabe Ibn al- Athir, la Dieta de Paderborn recibió a los representantes de los líderes militares de Zaragoza, Girona, Barcelona y Huesca. Ellos habían sido colocados allí gracias a sus jefes. Estos sarracenos, ofrecieron homenaje al rey de los francos esperando apoyo militar a manera de favor devuelto. Carlomagno lo vio como una posibilidad de extender el cristianismo más allá de sus fronteras. Ya por ese tiempo, los sajones parecían ser una nación completamente sometida.

En 778 Carlomagno fue a Zaragoza acompañado de gente proveniente de Austrasia, Lombardía y Borgoña. Cruzó los Pirineos y recibió el homenaje de los príncipes sarracenos. Sulayman al-Arabi y Kasmin ibn Yusuf lo aceptaron mas no así la ciudad. En esos momentos, Carlomagno se enfrenta a la batalla más difícil de su reinado, pues los sarracenos tenían la sartén por el mango. Él decide volver a casa  porque no podía confiar en los vascos a quienes había sometido tras la toma de Pamplona. Cuando estuvo en camino de vuelta a casa, en el Paso de Roncesvalles, uno de los eventos más famosos de su biografía sucedió: los vascos cayeron sobre la retaguardia y la aniquilaron en lo que fue más una escaramuza que una batalla. Entre los caídos en combate figuran el senescal Eggilhard, y Rolando, quien inspiró el poema titulado La Chanson de Roland o también conocida —traducida al español— como Cantar de Rolando.

Desde 781 a 806, tomando como base el Condado de Toulose, Carlomagno trató de asentar su poder en los Pirineos estableciendo la Marca Hispánica (una suerte de condados vasallos) para tenerlo como un trampolín que le permitiera atacar a los musulmanes de España. Con esto logran capturar Barcelona en el 801 en una expedición de Guillermo, el Conde de Toulouse, y Luís el Piadoso.

La conquista de Italia también le trajo a Carlomagno mayor contacto con los sarracenos, lo cual se tradujo en guerras. Ellos controlaban el Mediterráneo; sin embargo, logra conquistar Córcega y Cerdeña, en una fecha no determinada, y en 799 las Islas Baleares. Estas islas fueron atacadas por piratas moriscos pero eran bien controladas por grandes flotas creadas para ese fin, a manos de los señores de Génova y Toscana.

En España, los problemas con los moros continuaban, ahora a cargo de su hijo Luís. En el 785, capturó Gerona con lo cual extendía su control sobre la costa catalana. Los líderes musulmanes del noroeste de España estaban en constante problema con el Califato de Córdova, así que por ese motivo andaban solicitando ayuda a los francos. De esa manera el reino de Carlomagno logró avanzar posesionándose de Cardona, Ausona y Urgel que se unieron a lo que conocía como la Marca Hispánica junto al antiguo Ducado de Septimania.

El caso de Barcelona, la ciudad más importante y grande de la región, es especial. Ciudad mora rebelde a la autoridad de Córdova, fue conquistada en el 797 y luego recapturada en el 799 por el califato omeya. Luis de Aquitania, nada menos que el hijo de Carlomagno, estuvo asediando la ciudad durante dos años —entre el 800 y 801— logrando finalmente que la misma capitulase. Posteriormente, pudieron tomar Tarragona (809) y Tortosa (811). Esta última conquista les permite alcanzar la boca del río Ebro y los colocaba en una situación inmejorable para asaltar Valencia, provocando que el emir Al-Hakan I reconociera las conquistas en 812.

Carlomagno estuvo casi durante todo su reinado envuelto en guerras. En lo que se conoce como Guerras Sajonas pasó treinta años y peleó en dieciocho batallas hasta someter a los sajones y convertirlos al cristianismo.

Los sajones germánicos estuvieron divididos en cuatro regiones Westfalia, Eastfalia, Engria y Nordalbingia. Su primera campaña, contra los engrianos, fue en el año 773. Cerca de Paderborn derribó un pilar Irminsul, objeto de culto pagano y luego tuvo que abandonar la campaña ya que tenía una más urgente tarea en Italia. Sin embargo, Carlomagno retornó en 775 marchando con su ejército a través de Westfalia. Con ello logró conquistar el fuerte de Sigiburg. Luego cruzó Engria, en donde también derrotó a los sajones; su líder, Hessi, fue convertido al cristianismo. Una vez más, Carlomagno cruzó Westfalia dejando campamentos en Sigiburg y Eresburg, que eran importantes bastiones de los sajones. Casi toda Sajonia estaba en su poder a excepción de Nordalbingia (actual Jutlandia, Dinamarca). No obstante, la resistencia sajona no había culminado.

Carlomagno retorna a Sajonia en 776. Una rebelión había destruido su fortaleza de Eresburg. Los sajones fueron pacificados, pero su caudillo, Widukind, escapó a Dinamarca, el hogar de su esposa. Carlomagno hizo construir un nuevo campamento en Karlstadt. En el 777 convocó a una dieta en Paderborn para integrar a los sajones con los francos. Muchos de los sajones fueron bautizados.

En el verano de 779 Carlomagno inició una campaña que le permitió reconquistar Eastfalia, Engria y Westfalia. En una dieta cercana a Lippe, dividió las tierras en misiones cristianas y él mismo presenció numerosos bautizos masivos en 780. Entre este último año y 782 no hubo revueltas de los sajones. Sin embargo, cuando Carlomagno volvió a tierras sajonas en 782 instituyó un código de leyes conocido como Capitulatio de partibus Saxionae. En materia religiosa prescribía la pena de muerte a cualquier sajón que aún participase de cultos paganos. Ese mismo año, en otoño, Widukind volvió para instigar a los sajones a revelarse. Aquí Carlomagno es recordado por haber ordenado la ejecución de 4.500 sajones en Verden. Estas muertes provocaron guerras por casi tres años. (783-785). En éstas, los frisios fueron finalmente subyugados y su flota fue quemada. La guerra acabó con la aceptación por Widukind del bautizo.

Tras lo anterior hubo años de paz que terminó con los sajones de Westfalia rebelándose en 792 y los de Eastfalia y Nordalbingia se unieron a la revuelta un año después; pero no tuvieron éxito y la rebelión fue sofocada en 794. Otra más surgió en Engria en 796. La presencia de Carlomagno, los sajones cristianos y los eslavos aplastaron la rebelión. La última de estas rebeliones tuvo lugar en 804. Esta vez, los sajones de Nordalbingia, fueron los más inquietos; sin embargo, dentro del grupo humano que formaban los sajones se hallaban sin mucho poder ya que muchos de los sajones aceptaban las condiciones del rey (Carlomagno) y estaban muy próximos con los francos de quienes aprendieron mucho en cuanto a religión y otros aspectos culturales.

Otro evento importante en la Germania fue la sumisión de Bavaria. En 789, Carlomagno volvió su atención hacia a esa región encontrando que Tassilio no era un gobernante apto y fue depuesto y encerrado en un monasterio de Jumières. En 794, fue obligado a renunciar a cualquier reclamo sobre Bavaria para sí y su familia (los agilofingios) en el sínodo de Frankfurt. Bavaria fue dividida en condados de la misma manera como se hizo con el resto de Sajonia.

Carlomagno también enfrentó a los ávaros (otros dicen que fue a los hunos). Era el 788 y esta tribu de origen asiático invade Friuli y Bavaria. Carlomagno estaba ocupado en otros asuntos hasta que decide iniciar la campaña contra los ávaros en 790. Marchó por el Danubio y su hijo Pipino marchó hacia el valle de Drava; respectivamente devastaron Gyor y Panonia. La campaña hubiera continuado sino hubiese sido por los sajones que se revelaron, una vez más, en 792.

Por los siguientes dos años Carlomagno estuvo ocupado contra los sajones. Pipino y el Duque Eric de Friuli continuaron peleando contra los ávaros en cada uno de sus bastiones y su capital fue tomada dos veces y saqueada; el botín fue enviado a Aquisgrán, la capital del imperio carolingio, donde fue repartido entre los más cercanos seguidores de Carlomagno. Éste aceptó la rendición de los ávaros y envió a un jefe nativo llamado Abraham —cristianizado, además— a que tomé posesión de las tierras en calidad de nuevo rey.

En 803 Carlomagno envía un ejército compuesto de bávaros hacia Panonia (actual Hungría) destruyendo y dándole fin a la Confederación Ávara. Carlomagno y los últimos líderes ávaros se reunieron en Regensburg, lugar en el cual fue reconocido como su gobernante. Los territorios más allá del Danubio empezaron a formar parte del reino franco hasta la llegada de los magiares en los años 899-900.

Una vez con el dominio de los sajones, Carlomagno lideró una nueva expedición para conocer a sus nuevos “vecinos” paganos: los eslavos. Formó un ejército de francos y sajones, siguiendo la ruta del Elba. Los eslavos se sometieron por propia voluntad liderados por Witzin. Carlomagno luego aceptó la rendición de los veletos bajo Dragovit como líder y pidió algunos rehenes a cambio de enviar misioneros a evangelizar sin que sean fastidiados. El ejército marchó hacia el Báltico y tomaron botines fácilmente. Los estados eslavos tributarios se convirtieron en aliados de los francos. En 795, durante una de las tantas revueltas sajonas, los pueblos aliados: los abotridas y veletos tomaron las armas y lucharon a favor de Carlomagno. Witzin murió en la batalla y Carlomagno se vengó de los sajones de Eastfalia ahogándolos en el río Elba. Thrasuco, el nuevo líder, llevó a sus hombres hacia Nordalbingia y entregó a sus líderes a Carlomagno. Los abotridas se mantuvieron leales a los francos más allá de la muerte del emperador y pelearon contra los daneses años más tarde.

En la frontera sureste del reino franco se encontraban los croatas ubicados entre Panonia y Dalmacia. Cuando Carlomagno peleó contra los ávaros, los croatas fueron llamados para aportar ayuda a la causa de los francos. A cambio de dicha ayuda, sus aliados croatas se convirtieron en señores de otros croatas en Dalmacia, Eslavonia y Panonia.

El comandante franco Eric de Friuli quiso extender sus posesiones hacia tierra de los croatas. Con esto entró en conflicto con Viseslav de Croacia en la Batalla de Trsat. Las fuerzas de Eric de Friuli fueron destrozadas, incluso el mismo comandante franco se contaba entre los muertos. La batalla se conoce como un gran golpe para el imperio. Carlomagno prefirió concentrar los esfuerzos contra los eslavos al oeste de la Confederación Ávara: los carantanianos y carniolanos. Esos pueblos fueron sometidos por los bávaros y los lombardos pero nunca fueron incorporados al estado franco.

Hacia el año 799 el Papa León III fue despojado de su trono por los propios habitantes de Roma; lo cual motivó que el mismo Sumo Pontífice acudiera a Carlomagno para pedir su ayuda en Paderborn y, así, ser restaurado en su cargo. Aconsejado por Alcuino de York, Carlomagno viajó a Roma llegando en noviembre del año 800 y formando un concilio en diciembre. El 23 de dicho mes León III juró inocencia. En la misa de Navidad del mismo año el Papa, coronó a Carlomagno como Imperator Romanorum (Emperador de los Romanos) en la Basílica de San Pedro. Haciendo esto León III anula por completo la posición de la Emperatriz Irene de Constantinopla, que había usurpado el poder en Bizancio y había devenido en ilegitima gobernante, por lo tanto, incapaz de dar protección a la Iglesia de Cristo. Desde ese momento, Carlomagno se mostró como un renovador del Imperio Romano degradado por los bizantinos.

Siguiendo con los asuntos relacionados con los bizantinos, durante el Segundo Concilio de Nicea se reintrodujo la veneración de imágenes. El concilio no fue reconocido por los francos ya que no hubo representes suyos, aun considerándolo que era equiparable al emperador de Bizancio. En fin, la veneración de imágenes se reintrodujo en un marco histórico en el que el Papa deseaba tener mayor influencia y, además, cuando los juristas europeos se rompían la cabeza tratando de encontrarle un soporte jurídico a la figura del Sacro Emperador Romano. Aún así, para francos e italianos el título imperial de Carlomagno no era una usurpación como sí lo consideró la emperatriz Irene.

Los bizantinos, en aquellos días, aún tenían bajo su poder algunos territorios en Italia: Venecia, Reggio, Brindisi y Nápoles. Estas regiones permanecieron fuera de la órbita del poder franco hasta 804, año en el que cambiaron su alianza dejando a los bizantinos y aceptando a los francos representados por el hijo de Carlomagno, Pipino, quien ostentaba la Corona de Hierro. Nicéforo, el nuevo emperador bizantino, atacó con su flota saqueando las costas. El conflicto duró hasta el 810, cuando el partido pro-bizantino de Venecia acordó devolver la ciudad a Bizancio. Acto seguido, los dos emperadores de Europa acordaron la paz: Carlomagno recibió la península de Istria y en 812 fue reconocido como emperador por Miguel I Rangabé, su contraparte bizantina,  pero no como emperador de los romanos.

En 808, el rey de los daneses, Godofredo I de Dinamarca construyó lo que se conoce como el Dannevirke, un sistema de fortificaciones que aún se usaba para la guerra en el siglo XIX. Estas defensas permitían a los daneses organizar asaltos piratas sobre Frisia y Flandes. Godofredo I también es recordado por someter a los veletos (aliados francos) y luchar contra los abotridas. Estuvo a punto de alcanzar Aquisgrán pero fue muerto antes de emprender la tarea. Se cree que la muerte pudo ser obra de un asesino franco o por traición de uno de sus hombres. El sucesor de Godofredo I fue Hemming, su sobrino, quien firmó la paz con Carlomagno en el Tratado de Heiligen en 811.

A Carlomagno se le conoce, entre otras cosas, por innovar en lo que se refiere a los asedios militares y la logística que le acompañó en todas sus campañas. En lo económico estableció la livre carolinienne (libra carolina) la cual fue la base de la libra de plata y la prohibición a los judíos de prestar dinero a los cristianos, entre otras cosas. En lo que se refiere a la educación surgió lo que se conoce como el Renacimiento Carolingio que se expresó en un florecimiento de las artes y letras, como también la difusión de los libros con la creación de centros dedicados a la producción de los mismos y la aparición de diversos intelectuales en las diversas regiones que estuvieron bajo gobierno de Carlomagno y la aparición de la letra minúscula en la escritura.

En 813, Carlomagno llamó a su hijo, Luis el Piadoso, Rey de Aquitania, a su corte. Allí mismo fue coronado por su padre como co-emperador y enviado de vuelta a Aquitania. En enero de 814 Carlomagno enferma de pleuresía y tiene una gran depresión debido a que muchos de sus proyectos no estaban aún realizados. Estuvo postrado en cama desde el 21 de enero hasta su muerte, el 28 de enero. Fue enterrado en la catedral de Aquisgrán. Una historia tardía, contada por Otho de Lomello, relata que él y el emperador Otón III descubrieron la tumba de Carlomagno. El emperador fue colocado por ellos en su trono, llevando la corona y el cetro, mientras su carne se mantenía incorrupta a pesar del paso del tiempo. En 1165, Federico Barbarroja reabrió la tumba del emperador Carlomagno para colocarlo en un sarcófago debajo del suelo de la catedral. Más adelante, en 1215, Federico II lo colocó en un ataúd hecho de oro y plata.

Carlomagno fue sucedido por su hijo Luís el Piadoso, coronado en vida de su padre, tras la muerte de sus dos hermanos, Carlos el Joven y Pipino. El imperio sobrevivió una generación más tal cual fue. Luego, acorde con la costumbre, el imperio fue dividido entre sus hijos a la muerte de Luís el Piadoso. De esta división se formaron los modernos estados de Francia y Alemania.

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