Muchas veces en Age of Empires II los aficionados se encuentran con nombres de los líderes bajo cuyo nombre la civilización —aliada o enemiga— aparece en el juego. Más allá de parecer ficción, casi todos los nombres pertenecen a personajes históricos. Con ello el juego se prestigia aún más pues significa el empleo de investigación para su desarrollo.
Aquí, en un breve espacio, se hace un esfuerzo por dar a conocer quiénes fueron ellos y qué hicieron para ganarse un lugar en los libros de historia. Es el turno de Luis XI (francos), uno de los participantes de Feudos Francos, la cuarta partida que se relató en Planeta Age.
Luis XI (según Age of Empires) o Luis XI de Francia, apodado el Prudente, nació en Bourges el 3 de julio de 1423 y fue rey entre los años 1461 y 1483. A este rey se le conoce como el puente que permitió a Francia el tránsito entre la Edad Media y la Edad Moderna. La clave de este proceso estuvo en la afirmación de su autoridad regia en contra de los privilegios de los señores feudales. De esa manera construyó una monarquía absoluta, centralizada y autoritaria; sin por ello no dejar de ganarse líos con la nobleza tradicional. Una de sus políticas fue limitar el poder de aristocracia y favorecer a la pequeña nobleza y a la burguesía.
A los tres años fue encerrado en el castillo de Loches y permaneció allí hasta los diez años. A esa edad, su padre le permitió vivir con su madre en Amboise.
El 24 de junio de 1436, con tan sólo trece años de edad, desposó a Margarita Estuardo de once años de edad e hija de Jacobo I de Escocia. Posteriormente, en 1437, conduce con éxito la toma de las fortalezas inglesas de Velay en el Languedoc. Luego, junto a su padre Carlos VII realiza un ingreso triunfal en París recientemente reconquistada de manos inglesas.
En 1439, Carlos VII lo nombró Lugarteniente General en el Languedoc y un año después pasa a Poitou sin tener mando alguno. Junto al Duque de Alençon, Jean de Dunois, Mariscal La Fayette y George de la Trémoille organizaron lo que se conoce La Praguerie. Esta revuelta, organizada por grandes señores feudales, fue rápidamente reprimida. Una de las razones que se esgrimen es que el futuro Luis XI se sometió a la autoridad de su padre para conservar sus futuros derechos al trono.
En 1441, Luis retoma la lucha contra los ingleses y los borgoñones liderando al ejército real en Pontoise. Dos años después encabezó una campaña contra Jean IV de Armagnacs, un gran vasallo rebelde. En 1444, es encomendado a trasladar fuera del reino a los soldados que se quedaron sin soldada y se dedicaban al pillaje y los dejó en Suiza. El 26 de agosto comandó la Batalla de Pratteln. Luego, en Basilea, reunió un consejo en el que es nombrado Portaestandarte del Papa Eugenio IV y de la Iglesia Católica. A cambio de esto es recompensado con el protectorado del Condado de Venaissin.
Carlos VII envía un ejército contra el Delfinado y Saboya, territorios bajo el mando del futuro Luis XI, quien pacta una tregua con el rey. Sin embargo, el Delfín no renuncia a su conducta hostil hacia a su padre e inicia una campaña de difamación en la que lo acusa de disoluto y envía misivas a su padre para justificarse. Carlos VII no se deja llevar por las actitudes de su hijo y envía a Antoine de Chabannes, comandando un ejército, para quitarle el Delfinado. A finales de 1446, Luis huye al Franco Condado y luego a Lovaina, territorios de Borgoña, un rival de la corona francesa. Allí, Felipe II de Borgoña lo recibe bien y le rinde homenaje.
Ese mismo año de 1446 muere Margarita Estuardo, esposa de Luis. Éste, desesperado por tener un heredero, desposa a Carlota de Saboya, hija de Luis de Saboya, una niña de ocho años. La unión matrimonial sucede en 1451 y le aporta a Luis una dote de 200.000 escudos. Con esto, Luis y el Duque de Saboya forjan una alianza; al mismo tiempo que tenía el apoyo papal y podía inmiscuirse en las elecciones episcopales. Las relaciones con su padre, el rey, se volvieron aún más ambiguas y llenas de intrigas.
Desde 1456 a 146, Luis estuvo establecido en la corte de Felipe III de Borgoña. Cuando Luis XI asume el trono francés lo hace tras la muerte de su padre, Carlos VII, a cuyas exequias no quiso asistir, y fue coronado en Reims el 15 de agosto de 1461 e ingresa a París el 30 de agosto. Coronado rey, su principal adversario político pasa a ser Carlos el Temerario, hijo de su anterior protector Felipe III de Borgoña.
Una de sus primeras acciones como rey fue ocuparse de la sucesión en el reino de Aragón. Tras la muerte, en 1458, de Alfonso V, la corona era disputada por Juan II de Aragón y su hijo Carlos de Viana, quien sería encontrado muerto en 1461. Estalla una guerra civil entre las ciudades bajo gobierno aragonés, entre ellas Barcelona. Luis XI, en un principio, intentó volverse aliado de las ciudades catalanas; sin embargo, Juan II, en una maniobra política, le otorgó los territorios catalanes del Rosellón y Cerdeña a cambio de tenerlo como aliado.
El 15 de julio de 1459 nace su primogénito Joaquín, pero falleció al poco tiempo. Su segunda hija nació en 1461 y con el tiempo se casaría con Pedro II de Borbón. Luego tuvo una tercera hija llamada Juana, nacida en 1464. Al poco tiempo entienden que la niña no era normal. Entonces, Luis XI aprovecha en casarla rápidamente con su primo Luis de Orleans, futuro Luis XII de Francia. La estrategia consistía en evitar que los sucesores de su primo se conviertan en competencia al trono francés.
De modo similar a la Praguerie, en 1465 se formó La Liga del Bien Público, organizada por Carlos Duque de Berry, hermano del rey ansioso de conseguir más poder. En 1463, Luis XI decidió recuperar las ciudades cercanas al río Somme cedidas a Borgoña tras el Tratado de Arras de 1435. Los borgoñones se prepararon para las hostilidades. Francisco II de Bretaña, Juan II de Borbón y Juan V de Armagnacs se aliaron con Borgoña. Luis XI tuvo apoyó de Francesco Sforza, Duque de Milán.
Luis XI dirigió una gran ofensiva contra sus enemigos logrando capturar Moulins y los borgoñones se sometieron. Contra el ejército de Luis XI, bretones y borgoñones se enfrentaron en Montlhéry, el 16 de julio de 1465. Tras un resultado confuso y nada definitorio, Paris terminó siendo asediada. El monarca firmo la paz: no hubo cambios substanciales en su política pero cedió Normandía a su hermano sin que éste tomará posesión del gobierno y se celebró, el 10 de setiembre de 1468, en el tratado de Ancenis. Francisco II de Bretaña y Carlos el Duque de Berry (hermano de Luis XI) renuncian a dar su apoyo a Borgoña.
En el mismo año, Carlos el Temerario, Duque de Borgoña, invitó a Luis XI a negociar en Peronne. Al mismo tiempo Lieja se revelaba contra Borgoña y era evidente que Francia se hallaba tras los hechos. Carlos amenazó a Luis XI quien, bajo presión, firmó un pacto para apoyarlo a sofocar la rebelión, además de concederle la región de Champaña-Ardenas. Luis XI ya en casa rechazó el tratado.
En 1472, Carlos el Temerario ataca Picardía, pero es rechazado por Jeanne Hachette, una heroína popular francesa. El 29 de agosto de 1475, en Picquigny, Luis XI firma un tratado con Eduardo IV para dar fin a la Guerra de los Cien Años a cambio de un pago al rey inglés de 50.000 coronas anuales. En 1477, con la muerte del Duque de Borgoña en la Batalla de Nancy, Luis XI intenta apoderarse de las posesiones de Borgoña. Lamentablemente para sus pretensiones, Maximiliano I de Habsburgo, esposo de la hija de Carlos el Temerario, María de Borgoña, había tomado posesión de esas tierras.
Entre 1480 y 1481, Luis XI anexó a Francia Anjou, Maine y Provenza, entre otras regiones. Un año después recupera Picardía y Borgoña. Sus últimos días de vida fueron difíciles: enfermó gravemente y ningún tratamiento le daba cura. Incluso pidió ayuda a San Francisco de Paula, conocido por obrar milagros pero éste se negó en un principio. Luego de la intercesión del Papa, a quien el santo no podía negarse, accede a acudir donde Luis XI. No logró sanarlo pero sí curarlo en el plano espiritual. Murió el 30 de agosto de 1483 a causa de un derrame cerebral.
Luis XI fue un hombre de poca vida cortesana que prefería andar por su reino. Incluso dejó a su esposa que se estableciera en Amboise o Tours cuidando los siete hijos y sin visitarla. Luis XI tuvo un amorío con Margarita de Sassenage. A su esposa Carlota no le quedó más remedio que acomodarse a la situación.
En síntesis, Luis XI fue un monarca que aprovechó todo tipo de medios para conseguir sus objetivos: corrupción, diplomacia, intrigas, traición y la guerra. Sus enemigos solían llamarlo La Araña, porque tejía conspiraciones alrededor de sus rivales políticos. Al final de su reinado Francia tenía fronteras muy similares a las de hoy en día. Su sucesor fue su hijo Carlos VIII de Francia.
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